Entre las pérfidas fantasías de los nazis figuró el plan de seleccionar la raza a base de elegir mujeres ‘arias’, sanas y de bella figura para ‘cruzarlas’ con garañones elegidos entre la flor y la nata de la vanguardia del régimen, o sea, en la Wehrmacht y las SS. Hasta se dispuso un célebre refugio alpino diseñado para acoger estos fértiles encuentros de los que habría de derivarse una descendencia ideal, alta, rubia y con los ojos azules, garantía de un mundo mejor dominado por esa raza genuina recuperada por los mismos procedimientos empleados desde siempre por los ganaderos para ‘mejorar’ sus cabañas, sin que, sin embargo, los resultados fueran relevantes. El plan de Himmler de los “hogares Lebensborn”, aplicado en poblaciones ‘arias’ como la Noruega o los Países Bajos ocupados, parece que produjo 160.000 niños antes de disolvers, y ni que decir tiene que funcionó, a pesar de su monstruosidad, como la cara luminosa del vasto plan eugenésico imaginado por aquellos majaras para purificar la raza del futuro. Hoy no se cruza al personal como a los ‘pura sangre’ o a las ave ponedoras, sino que se manipulan sus genes llegado el caso para obtener resultados benéficos tales como evitar la herencia patológica, aunque también, por lo que podemos leer últimamente en la prensa, para obtener ‘productos’ seleccionados, es decir, niños elegidos “a la carta” como los que ya ofrecen ciertas instituciones del ramo, especialmente en EEUU. El color de los ojos, el del pelo, la estructura muscular y hasta el grado de inteligencia del niño por nacer son ofrecidos hoy en esa feria insensata por un precio relativamente asequible, no sin la oposición de los propios sabios y, por el momento, también de la mayoría de opinión. Menos mal.
El debate bioético da la impresión de que no acabará nunca de encontrar el fiel entre la obcecación fundamentalista de quienes se oponen frontalmente a toda manipulación en los genes, incluso si se trata de evitar males gravísimos, y los partidarios de ese maximalismo cientificista que pretende eliminar todo límite a una aventura sin duda peligrosa como las de los mundos felices anunciadas por Huxley o Wells. Juega en ello un papel relevante la misma ignorancia que hace concebir a las familias la ilusión del heredero perfecto, réplica lamentable de la cerrazón moralista que se niega incluso a evitar herencias malignas en nombre de ‘principios’ rígidos e inalterables. Pero el caso es que la elección ‘a la carta’ tiene ya precio cierto –alrededor de 15.000 dólares—en medio de un preocupante vacío legal. La obsesión hitleriana vuelve por sus fueros en el mercado burgués, esta vez sin walkirias ni nibelungos.
«El color de los ojos, el del pelo, la estructura muscular…», vale. «…hasta el grado de inteligencia del niño por nacer…» Pero , aquí bien se pueden columpiar quienes piensan que por ese mero hecho el niño no va a salir tan tonto como el padre. Doctores tiene este blog que saben mejor que esta vieja chiflada que la inteligencia es el embrión de un arbolito espléndido que puede quedarse en un matojo estéril si no.
Los bancos de esperma seleccionan a jóvenes universitarios sanos y deportistas. Je, je… quienes andan hoy en las unis saben cómo puede ser esa ‘crema de la intelectualidad’ estabulada hoy en aulas, departamentos y seminarios para que no figuren en las listas del paro.
Muy interesante tema, y a mi juiciomuy bien visto por el comentario del autor, quen es no poco irónico, según interpreto. Lo de los nazis lo hicieron otros muchos y esta sociedad nueva, tecológicamente imparable, acabará hacienro realidad la utopía de la raza a la carta, ya lo verán o lo veremos, cuqlquiera que sea el precio de una aventura tan descomunal.
Tremendo, ¡»bebés a la carta!», lo que faltaba. Cómo se entere Bibiana vamos listos.
Todo está relacionado, como insinúa la broma de nuestra Clara y sus amigas, puesto que la coincidencia con el asunto del aborto nos está indicando que se acabóp el respeto por la natiraleza. Pero, ojo, que yo no estoy, como muchos de mis correligionarios, contra la manipulación genética razonable, controlada y benéfica, aunque otra cosa sea lo que, lamentablemente, defienden ciertos integrismos muy influyentes. El Hombre debe aceptar el Progreso de la Ciencia sin calkudicar ante su tiranía, y tiranía es propoener un aborto como el que acaba de anunciar esa manga de «expertos» conchabados con el Gobierno y esa ministra insípida.
Yo recurriría a esas técinas para mejorar a un futuro hijo si supiera que lo que van a hacer los manipuladores no es ninguna barbaridad. Creo que el conecpto de lo antinatural debe seguir vigente, al margen del abuso que de él hagan los fundamentalistas, vaticanos o no.
La Isla del Dr. Moreau no es ya una novela.
Todo progreso implica efectos benéficos y negativos. Recuerden lo del átomo. Es tarea y deber del Hombre aprovechar los adelantos sin violar la Naturaleza, a la que jagm, suele llama «Madre», como la Pardo Bazán. De acuerdo en que hay muchas clases dde nazis, auqneu esn este negocio hay una novedad: que lo mueve sólo la ambición (o la ilusión, quién sabe) y la avaricia.
Siempre se soñó con CREAR, de la Nada o partiendo de algún «barro». Lo cuenta el Génesis pero también el Golem, lo repiten un montón de mitologías (ver Frazer), lo confirma el éxito de esta experiencia actual. Los hombres actúan sin pensárselo dos veces, eso ya lo sabemos. Serán los niños «zarcos y rubios» los que tal vez tengan que lamentar las consecuencias.
Pues yo tengo ganas de decir una barbaridad: me parece que va a resultar una ganga comprar un seguro de buena salud para la progenitura, porque me pregunto cuánto le cuesta a los padres y a la sociedad cuando sale el producto defectuoso. Supongo que mucho más de los 15 000 dólares. Total, si hacemos cuentas, una miseria.
Olvidaba: besos a todos.
Un tema digno de mayor detenimiento, espléndido resumen que deja con enorme inquietud. La manipulaicón digamos terapéutica nada tiene que ver con la «eugenesia» en el sentido tradicional, es decir, antihumano, que han practicado los utopistas bárbaros toda la vida. La historia de los «hogares Lebensborn» es asombrosa porque llegó a verse en ella –desde dentro del régimen– una especie de instrumento para la purificación de la raza a corto plazo. Hoy tienen ustedes otros casos de «intervención» antinatural como el aborto que ya ven por donde van, en manos de una «jovena» ignorante y sin el menor bagaje científico cultural.
La vida tiene un precio (decía ayer ja), y hay que añadir que cada día más bajo. El Hombre se ha creído demiurgo y como tal se comporta. Lo que más irrita o entirstece, según, no es ya eso, sino que tomen por «progreso» la intervención cada día mayor en los procesos naturales de la biología. Curioso: esas fuerzas políticas trabajan a favor de la muerte, como un elemento corrector de la Naturaleza, y raramente a favor de la vida. A no ser que entiendan por esto último elegir el pigmento
La vida tiene un precio (decía ayer ja), y hay que añadir que cada día más bajo. El Hombre se ha creído demiurgo y como tal se comporta. Lo que más irrita o entirstece, según, no es ya eso, sino que tomen por «progreso» la intervención cada día mayor en los procesos naturales de la biología. Curioso: esas fuerzas políticas trabajan a favor de la muerte, como un elemento corrector de la Naturaleza, y raramente a favor de la vida. A no ser que entiendan por esto último elegir el pigmento que da color a los ojos o al pelo.
Aprendices de brujo y aventureros políticos: eso es lo que son y no otra cosa. Si ZP supiera que la prohibición del aborto le garantizaba el poder, avíada iba la industria de la «interrupción voluntaria». Como cree lo contrario, ahí tienen el resultado: 24 meses para pensárselo, es decir, un tiempo en el que ya el feto es una persona con todos sus detalles.
Entonemos el «mea culpa» (quienes debamos): la generación de la madurez (el 68) va de paso pero ha hecho estragos. ¿Quién de esa generación, por la izquierda progre, no era partidario, defensor o comprendedor del aborto libre en aquellos tiempos del cólera?
Ahora bien, lo de la eugenesia es ya una delikatessen inmmoral, porque expresa un grado de frivolidad desolador en una mentalidad demasiado extendida. Veremos cosas peores. Las profecías citadas tantas veces, no eran más que anuncios ciertos. Lo estamos comprobando.
Me corresponde subrayar que prácticas «intervencionistas» como las de esta eugenesia fueron aceptadas en su día por todo el mundo, sin rechistar. No sólo la «producción selectiva», granjera, de seres humanos, sino su eliminació que, como todos ustedes deben de saber, se practicó no sólo en la Alemania nazi sino en diversos países llamados democráticos. Entonces como ahora la humanidad ibna en volandas de una leyenda cientifista que hacía pensar a los curritos que todo era posible y estaba al alcance de la mano. Puede que nuestros hijos, mejor nuestros nietos, se asombren mañana de lo que hoy es capaz de tragar sin decír esta boca es mía, un mundo enloquecido por un entendimiento incorrecto del Progreso, un proceso unido a la Razón, en modo alguino inexorable y autónomo, como tantas veces hace notar jagm en la columna.
Hay padres idiotas hasta ese extremo. No respetan la vida como un misterio al que es lícito y razonable atender para corregir lo que sea posible sin forzar la máquina, pero al que no atender puede acarrear consecuencias graves. Lean el Golem, ya que ha sido citado, verán como la literatura se adelanta también a la realidad.
Un asunto preocupante. Hoy me devoran los celos al conocer la noticia de que mi musa quiere un hijo de Sarko. ¡Estando aquí uno, mano sobre mano…!
No se puede más que estar de acuerdo con la columna, no así con varuios de los comments, algo recacionarios para mi gusto, y alguno progre en demasía. Ya ven que apuesto por el «término medio». Aristotélico que es uno.
Hoy me quedo con la parrafa en la que gm denucnia salomónicamente a los dos bandos, el integrista que se oppone a todo avance legítimo conseguido por la Ciencia, y el insensato oportunista que se come el guiso antes de su adecuada cocción.
Se trata de hacer ruido, de «cambiar» gratis (es un decir), de moverse y «avanzar» sobre el propio terreno… ya que a la crisis, ni toserle. Hoy es la eugenesia o el aborto, ¡qué dos cosas tan opuestas!, mañana sabe Dios que será, lo que salga. ZP no sabe donde va pero sabe prefectamente de dónde viene, o sea, de ninguna parte.
A usted ni le gusta entrar en pol´ñitica ni meterse en fregados, parece. Explíquenos un día por qué, si lo tiene a bien.
¡En buena parte fueron ustedes a poner la era, señores Varios! O hablan de memoria o los ciega la pasión. y «fueraparte» de todo eso, ¿quiénes son ustedes y a que dedican el tiempo libre? No sé por qué pero me lo figuro…
genetica, ciencia e intereses, nunca me hubiese imaginado esa dualidad, un saludo Don Jose Antonio