Tres Presidentes de la autonomía andaluza han sido liquidados desde Madrid en lo que llevamos de régimen autonómico. A Escuredo lo forzaron a dimitir, a Borbolla lo apearon en marcha y ahora a Chaves le dan la patada hacia arriba, concediéndole tantos años después lo que siempre quiso aunque no lo quiera ahora. Lo que demuestra que ésta es una autonomía de segunda si es que no de tercera y que, con Estatuto o sin él, nunca nuestro autogobierno ha sido pleno ni independiente como lo es, incluso hasta el absurdo, en las regiones que pintan algo en España.
El Señor nos lo dio y el Señor nos lo quitó. Bendito sea su santo nombre. Franco, cogido del brazo de Santa Teresa, mientras tanto sonríe.