Una escena frecuente en los servicios de Urgencia de la sanidad pública andaluza con la que hubieran flipado Richard Foro o Gustavo Doré: la del clan gitano, huy, perdón, de etnia gitana que irrumpe en el Hospital imponiendo su propia ley ante el temor de seguratas y sanitarios. El domingo pasado tuvo lugar la última representación del género en un centro de Salud sevillano, donde el clan exigió la atención inmediata y se plantó en peso en la consulta médica y, tras ser invitados a desalojarla, apalearon el mobiliario e hirieron a cinco a dos médicos, dos enfermeras y un celador. Algunos llaman esto “multiculturalismo”. Y lo llamo, simplemente, falta de autoridad.