Huelva no puede seguir viviendo con el comején de los presuntos riesgos que el Polo Químico provocaría a los ciudadanos. Informes hay para dar y tomar, per a cualquiera se le ocurre que mientras haya un puñado de informesa favor y en contra, el ciudadano quedará fatalmente aislado, sin saber a qué atenerse. Hay médicos que hace tiempo defienden incuso la existencia de un “síndrome de Hueva”, Greenpeace sostiene que los fosfoyesos tienen efectos oncológicos sobre la población incluso en el supuesto de breves exposiciones a la radiación, el Consejo de Energía Nuclear que “el posible impacto” estaría por debajo del tope establecido por la normativa, la UGT acusa de “temerarios” a los ecologistas, CCOO calla, como e propio Ayuntamiento, y la Junta, pues ya saben, a verlas venir. Hace falta un pronunciamiento solvente y definitivo en lo posible que despeje dudas o plantee el problema en su auténtica dimensión. Habar de riesgo de cáncer y pasar lego la página sí que es una solemne temeridad.