Que la sanidad va funcionando menos que regular no pueden dudarlo sus usuarios. Y así seguirá yendo mientras la política no renuncie a los parches y busque una renovación a fondo de sus presupuestos tanto como de sus disfunciones. Ahora bien, escuchar a la portavoz sociata del ramo al protestar por la situación actual, como si durante el casi medio siglo en el que gobernó su partido las cosas hubieran ido mejor, no tiene un pase. ¿No recuerda esa portavoz el clamor por las listas de espera y sus famosas trampas, se ha olvidado acaso de la frecuente imagen de los pasillos abarrotados? Ni unos ni otros parecen entender que ese sistema público está en crisis. No hace falta que pregunten a los pacientes; bastaría con que le preguntaran a los agobiados y explotados sanitarios que lo padecen.