Uno no gana para sustos si permanece atento a lo que se cuece en el ámbito universitario en el que ahora, por cierto, bajo el aura de la universidad más vieja de Europa, la boloñesa, parece que se afanan por ponerle las cosas fáciles y atractivas a esa “turba discere volens”, esa “muchedumbre deseosa de saber”, que cuentan las crónicas del siglo XII que discurría por las primitivas ciudades. Uno de los mayores atropellos de esa antigua tradición, en la que las materias pervivían ancladas a sus troncos originales, lo constituyen hoy las imaginativas enseñanzas que se ofrecen al neófito ahilando cada vez más fino el bramante de un conocimiento que se pretende adaptar a la actualidad y sus necesidades reales o supuestas a base de acumular “especialidades” en muchos casos peregrinas. En la UCJC, la institución que rememora al gran prosista Cela, se acaban de estrenar titulaciones dirigidas al protocolo además de al diseño de moda o de videojuegos, pero es seguro que a su epónimo le hubiera divertido más la experiencia de una universitaria americana que en la Universidad Duke ha centrado su tesis en su propia vida sexual o, para ser más precisos, en sus experiencias venéreas con un grupo de fornidos compañeros de campus cuyas medidas orgánicas y actitudes amatorias ha difundido luego en Internet, con inusitado pormenor, para general conocimiento de méritos y deméritos de los garañones, aparte del de su propia satisfacción. El tamaño del pene, las fantasías de cada uno de ellos o sus respectivas habilidades y torpezas en el tálamo le han dado a esa estudiosa –¡y a su director de tesis, no se lo pierdan!—para ilustrar un sesudo estudio sobre esa materia novísima que esperemos que no se abra camino como moda en nuestros claustros. Todo va cabiendo ya en los planes de estudio, hasta esas novísimas “artes liberales” que se enseñaban ya antes de Irnerio pero que ahora se cultivan entre las ingles para el mejor conocimiento e ilustración no sólo de la “universitas” sino del enero planeta virtual.
Ahora en serio, basta ojear una relación de planes de estudio actuales para comprender que la seriedad clásica ha dejado paso a una banalización galopante en la que ya cabe incluso, como se ve, que una joven liberada confunda el culo con las témporas y desnude ante el tribunal a sus amantes como quien maneja una tabla de logaritmos. Lo del protocolo también tiene lo suyo, no lo niego, pero convengan conmigo en que este strep tease no autorizado cae más hacia la pornografía, por académico que sea el formato, que hacia la ciencia. No sabía Alcuino la que estaba preparando cuando ideó aquellas “scholae” que habían de devolver el saber a sus fuentes perdidas.
Me alegra mub¡cho que alguien levante su voz contra este expolio de lo que ha sido siempre la universidad. Terminaremos dando cursos de cocina rápida y paisajismo, ya lo verán.
Inteligente y clara denuncia de lo que está pasando: que los rectores y los políticos se creen que a mayor número de «ofertas» más «calidad» y, por tanto, más prestigio. Y luego resulat que entre las 200 universidades mejores dem mundo no hay ninguna española. Me callo.
Tengo un amigo que habla «del bachiretato macramé»…y de ahí para adelante. Un beso a todos.
Genial lo de doña Marta, ¡el macramé! Pero hay un tema de fondo en la columna que no podemos trivializarlo porque, en mi opinión, del él depende el futuro de la institución. Yo lo que creo que s estos no tienen ni dea de a donde van y por eso improvisan lo que pueden. No tiene m´ñas que echar una mirada a la galería de dirigentes de la universidad actual…
Qué pasa hoy?
Besos a todos( bis)
A doña Marta: desde hace algun tiempo el jefe ha decidido tomarse el lunes como día de descanso. Hasta el propio Dios hizo algo parecido.
Espero haber satisfecho su curiosidad.
Gracias miles don Asiduo. Y perdonen todos por la falta de acentuacion: he cambiado de aparato y éste no me deja ponerlos: tienen que arreglarlo pero sabe Dios cuando sera! Un beso a todos
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