La consejería de Medio Ambiente de la Junta no quiere saber nada del viejo problema del hotel de El Algarrobito, en Carboneras, que tanto ha dado que hablar en estos años, y ha pasado de una postura favorable al derribo (el hotel está construido sobre terrenos impropios metiéndose prácticamente en al mar) a decir que no sabe nada y que deja el asunto en manos del Ministerio. Está claro que el negocio es una patata caliente que quema en un feudo especialísimo del PSOE (el ex-alcalde fue indultado en tiempo récord por el Gobierno tras ser condenado por un delito electoral nada menos) y que, libre de Cristina Carbona, la Junta, que fue impulsora del proyecto en su día, no quiere bregar con ese problema. Quizá no haya en Andalucía un caso más escandaloso que éste de El Algarrobito, pero a Chaves le queda grande.