Otra vez carga UGT contra el Ayuntamiento de la capital y su alcalde, que es de lo que se trata, por delegación del “partido hermano”, de nuevo retrata la política de personal de la institución como una práctica perversa y trincona, inaceptable para su sensibilidad sindicalista. Claro que en Diputación son sus “primos de clase” de CCOO los que la acusan a ella de mangoneo y connivencia con los que mandan, de auténticos legitimadores de los designios partidistas de Cejudo contra los trabajadores considerados rebeldes o simplemente “no adictos”. ¿En qué quedamos, a quién creer, a UGT en el Ayuntamiento o a CCOO en la Dipu? Con un buen montón de lamentos de trabajadores y el presidente gravemente imputado por ‘mobbing’, la respuesta no parece demasiado difícil. Pero, además, hay que insistir en que UGT está actuando hace tiempo en el Ayuntamiento como punta de lanza de una oposición partidista a la que la verdad es que no se le ocurren grandes ideas. Algunos de sus jefes ya han recibido el premio del ascenso político, coche oficial incluido. No es extraño que los demás aspiren a lo mismo.
¡Glfos que son unos golfos! Es usted de los pocos que los denuncia sin disimulos. Gracias.
Anuncian más todavía; CCOO los denuncia como vendidos a la Diputación. A ellos les da igual. Ninguno tiene nada mejor que hacer fuera de su sitio,