La foto política de la semana ha sido, tal vez, la del presidente Lula perplejo ante una encina en esa finca, probablemente malhadada a juzgar por lo que en ella lleva ocurrido, que es Quintos de Mora. Lula le ha preguntado a su anfitrión, el también presidente ZP, que cosa es una encina, para qué sirven las bellotas y si tal vez, aparte de su papel en la montanera, el viejo fruto podría utilizarse en el futuro como base para obtener biocombustibles, ignorándose la respuesta que puede haberle dado nuestro mandatario al brasilero en ausencia de su oráculo Suso de Toro. Eso es lo que tiene, a veces, de seductor la ingenuidad americana, la peculiar ignorancia que desconoce olímpicamente el pasado y reduce el horizonte natural a su propio paisaje, que es un poco como vivir, si no de espaldas, al menos como al margen de un pasado que, por más vara que dé el indigenismo rampante, es irremediablemente común. Es más que probable que ZP, enfrascado en su propia mitología historicista, no haya explicado a su homólogo el fabuloso simbolismo de la encina, es decir, lo que ese árbol ha supuesto durante tantos siglos lo mismo para el griego que para el celta, igual para el crédulo latino que para los piadosos germanos que veían en ella el tótem del rayo como consecuencia de su condición sagrada. Pero se ha perdido una buena ocasión de asomarlo al recuerdo del encinar de Dodona, el rumor de cuyas hojas servía a Zeus tonante para traducir a los hombres su voluntad, para recordarle que ese árbol mantenía alejado al león o que una simple estaca de su madera hincada en el suelo alejaba a las serpientes, emblema de la fortaleza y signo de la inmortalidad reconocido, a través de los tiempos, desde el Finisterre a Siberia. ¿Qué puede importarle a Lula, instalado en su Babia bioenergética, que el augur celta comiera la bellota para inspirar su predicción, si él ya tiene su umbanda y su candomblé, sus ofrendas de aguardiente y calderilla al pie de sus propios árboles espirituales? Pues nada, a ver. Las razones que pudo tener Hércules para hacerse su clava con una rama de encina no van a quitarle el sueño al mandatario de ese país de futuro en el que, según dicen, su cuñado y unos cuantos clientes más se andan poniendo las botas.
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Tampoco es cosa de pretender que se mantenga vivo el espíritu ancestral, por supuesto, pero parece claro que una cosa es saltar sobre el viejo mitologema y otra muy diferente andar por la vida preguntando que es una encina, cuestión que resonaría vagamente a pesquisa sofística si no tuviéramos claro que, con toda probabilidad, ni Lula ni ZP (quizá ni Suso de Toro) conciben ya un pasado que remonte hacia su fuente el río de la vida más allá del bombardeo de Dresden o el de Guernica. Nos aguarda un mundo adánico, una cultura ahistórica (valga la ‘contradictio in terminis’), un planeta regido por mandamases surgidos de la nada a los que la doble escena de Ulises consultando a lo alto, precisamente a la sombra de la encina, por su camino de vuelta, no me extrañaría que los trajera al fresco. Pasó el tiempo venerando en el que lo sagrado lindaba con lo profano en una vecindad tan caprichosa como elevada, tan misteriosa en su lógica como eficaz en su práctica, que sirvió a los hombres, a través de las eras, para recorrer el trecho más largo de este viaje a ninguna parte. Lula no sabe lo que es una bellota porque en estos tiempos modernos, el mundo puede ser gobernado por cualquiera a condición de que lo toque con su dedo esa Fortuna, que quizá sea la penúltima superviviente de todos los olimpos. Abraham debajo de la encina atento a la palabra de Dios le dice poco a quien no tiene la menor idea de por dónde pueden caer Hebrón o Sichem. Habría que estudiar más geografía y más historia si no queremos que la montaña de nuestra modernidad acabe pariendo el ratón de una macumba.
Hoy bordas tu escrito querido JaGM.
Gracias.
Solo por esto merece seguir tus comentarios sobre el avatar de lo humano:
«Pasó el tiempo venerando en el que lo sagrado lindaba con lo profano en una vecindad tan caprichosa como elevada, tan misteriosa en su lógica como eficaz en su práctica, que sirvió a los hombres, a través de las eras, para recorrer el trecho más largo de este viaje a ninguna parte.»
ESTA ES LA COLUMNA MÁS ALTA DE ESTE TEMPLO. Hoy no tengo palabras, querido amigo, pero estoy seguro de que la extraordinaria calidad del trabajo no escapará a ningún lector.
De nuevo desafiamos a la Inspección y al Claustro hostil llevando su columna a clase. Queremos que se fijen, además, y comparen estos renglones con otros que vamos a recortar de la prensa de hoy. Es bueno que los jóvenes aprendan a distinguir y a valorar.
¡Ole!
Preciosa columna, culta y elegante, un ejemplo de escritura. Ya podría haberla reservado para cuando le llegue el turno entre los 100 de Umbral…
A qué viene lo de Suso de Toro, lo conoce o solo lo nombra por haberlo oido a otros como usted? Tampoco es cierta la anécdota tal como la cuenta. ¿Hasta cuando van a creer en este cuentista??
Baño para muchos de sus colegas más hábilmente colocados, ya que usted no parece interesado en situarse mejor. Admiro su indiferencia casi tanto como su talento pero no tanto como envidio su cultura.
No saben cuánto me complace esta unanimidad porque la verdad es que yo también, cuando he leído temprano la columna, me he dicho, «Ésta es de las que sus envidiosos procurarán esonder».
Magnífica la broma sobre los actores y sobre el paisaje, interesante la conclusón sobre al «ahistoricismo» de nuestra cultura actual. Sólo con imaginar el dia´logo para besugos sobre la bellota se muere una de la risa.
Permítame mostrarle mi admiración hoy especialmente. Columnas como ésta hay pocas en la presna española.
No encuentro palabras para trasmitirles lo que me gustó hoy el tema y la formidable ironía (¡siempre, la ironía!) de don jagm, y me quedo corto porque entiendo que, como se viene diciendo con entusiasmo durante la mañana, aquí hay un nivel (y lo que es más importante: una continuidad de nivel) que admite pocas comparaciones, odiosas o simpáticas, con la competencia.El juicio sobre Lula, que se sobreentiende duro, se lo tiene merecido ese fantasmón que ha terminaod creyéndose su propio cuento. Por lo demás, divertidísima la escena del diálogo y la guasa sobre el cortijo en cuestión…
Espléndida. Óptima y pulquérrima. Ática y bíblica. Ácida y crítica. Lúcida y simbólica.
(Le juro por Snoopy, mi don Prof, que la he leído y releído. La he subrayado. Pero no tengo tiempo para el desarrollo. Prefiero que me dé por ‘no presentado’ a que me suspenda como ayer).
(A mi don Sociata: Yo sí he leído al Suso. Y al Manolo Rivas. En galego y en castelán. Por encima de su calidad literaria, que no tengo capacidad cualitativa para valorar, pecan ambos de un oportunismo ventajista que derrama una bruma sospechosa sobre sus obras. Son los perfectos héroes que acuden en auxilio de los vencedores. Listos sí son).
Divertidísimo artículo y cultísimo también. El diálogo es graciosísimo, y la formula según la cual «el mundo puede ser gobernado por cualquiera a condición le toque con el dedo la Fortuna» divertida y acertada. También me ha gustado lo de «la ingenuidad americana» y el resto de la frase. Y » con toda probabilidad, ni Lula ni Zapatero conciben ya un pasado que remonte más allá del bombardeo de Dresden o el de Guernica». Pero lo que más me ha gustado y emocionado es lo que sigue :»pasó el tiempo en que lo sagrado lindaba con lo profano, en una vecindad tan caprichosa como elevada, tan misteriosa en su lógica como eficáz en su práctica, que sirvió a los hombres, a través de las eras, para recorrer el trecho más largo entre este viaje y ninguna parte.» Profundo, sensible, y tristemente verdadero.
Parece que hoy todo vamos urgidos, mas no querría aplazar mi homenaje y unirlo al de los anteriores comentarios. Desde luego, amigo gm, tira usted largo y por alto, no se «alivia» como tantos, se mete a fondo y, encima, da la cara y dice lo que le place. Le envidio, ¿sabe?, y (como bien sabe Ud./tu) michos son los años que llevo en esta pelea…
Casi me limitaría a enviarle un caluroso abrazo de felicitación. Sólo añadiré que este mediodía, antes del almuerzo, con el aperitivo, tranquilo y en ese momento placentero del día, he recibido de su talento un regalo espléndido. Acistumbrado a otros tonos y otras críticas, un día como el de hoy se me hace raro, pero comprendo que le nivel demostrado en la columna justifica este entusiasmo de muchos amigos. Mi enhorabuene no va sólo para gm, por eso mismo, sino para todos los que tenemos le privilegio de pasear aquí con él bajo este Pórtico (Stöa).
Debo decir que no me parece de recibo esa descalificación del criterio americano, ni me parece adecuado tratar cin un desdén tan marcado a dos presidentes de Gobierno, que merecen un respeto por encima de las ínfulas de un columnista o escribidor. Dudo que Lula no supiera lo que es una bellota y no sé para qué querría saber todas esas monsergas mitológicas que nos encasqueta el sr. gómez marín. Por eso le pediría –como un lector suyo bastante habitual y con frecuencia agradecido a us cultura y buen criterio– que modere su ironía, esa ironía que tanta gracia le hace a los peatones de este blog.
Me encanta su crítica americana, y veo cuanta razón lleva en tantas cosas que aquí no se ven por tenerlas demasiado cercanas. El virreinato de Lula estña siendo un escándalo sobre otro escándalo, poco menos como los de acá abajo, pero nadie le levanta la voz entre los del coro progresista, como decís en Eurooa. Mi don josian lo hace y yo me felicito. Y aparte de eso, quién es tan boludo para no ver en esta columna de hoy una joyita que no s emerece el periódico que, como suele decirse, por la mañana servirá para envolver pescado? Muá, don ja, querido y muá a la parroquia.
Me sumo a los plácemes. Es preciosa la columna, y lamento el criterio estrecho y un poco bisojo de mi colega Hispalense. No creo exagerar diciendo, como alguien al principio del día, que esta es una de las mejores columnas del año. ¡A ver cómo se supera mañana el autodesafío, amigo!
Me limito hoy a emular al señor Berdigón: ¡Ole!, buen hombre, así se escribe, y así se da leña.
El que sabe sabe y el que no a la Hispalense. (Naturalmente, es broma).
Da gusto abrir el periódico por la mañana e irse derecho a nuestro rincón para comprobar qué raro es que nos decepcione este hombre. Hoy le ha salido redonda la faena, y yo me pregunto, entre envidioso y perplejo, cómo se las puede arreglar uno para levantarse cada mañana con la cabeza tan despejada y el estilo tan pronto.
Verá, querido jefe, que no hay como escribir bien para desarmar a los críticos, con lo que no quiero decir –Dios me libre– que eche de menos los reproches de otras veces (de hehco, alguno va por ahí arriba) sino resaltar el poder del estilo, la capacidad de amansar la fiera que tiene la música sobre todo si la partitura es buena.
Hermosa evocación del tiempo remoto, que parece que hemos podido escuchar el rumor de la áspera hojarasca en el bosquecillo de Dodona, el mismo al que acue Ulises, si no me equivoco, y ver por un rendija al viejo campero hincando la estaca aleja-serpientes en su huertecilla, junto al regajo. Créame, amigo anfitrión, que gana mucho cuando se «pone» lírico y deja un poco de lado sus justicieros recursos críticos. Yo al menos lo agradezco mucho en este panorama prosaico que presneta la mayoría de la prensa por no hablar del resto.
Casi perfecto. La unanimidad de hoy es elocuente. ¡Si hasta el charnego ha roto el fuego con sus elogios!
No comparto la crítica sobre la ironía que se ha hecho antes, porque la ironía le da a la columna, en el penúltimo párrafo del primer bloque, y en el último del segundo, su mejor atractivo. Una cosa es la solemne grandeza de la mitología y otra la miseria de la superstición. Quienes hemos visto en ese Brasil del que se habla las ofrendas aludidas tebemos que apoyar el sentido –nada ofensivo, sólo descriptivo– de jagm.
Lo que me sorprende es precisamente la celeridda con que evidentemente está escrita esta pequeña preciosidad. gm no se entretiene generalmente en pulir la escritura: le sale así, con facilidad, como manando de donde hay mucha capacidad para ver y paar decir. Como «atado a la columna» que también soy, mi envidia y mi estima.
Me alegra comprobar mi deseo de esta mañana: la mayoría se ha quedado con el valor de la columna excepcional que hoy nos regala ja. Lo celebro y más todavía si compruebo que ni la belleza y la sabiduría juntas resultan bastantes contra la malevolencia de algunos.
Profesor Hispalense ¿o de la Hispalense?: dos presidentes de Gobierno pueden ser dos perfectos forajidos. ¿O es usted tan de ciencias que no sabe nada de Historia? ¿Todos los que usted conoce “…merecen un respeto por encima de las ínfulas de un columnista o escribidor”? Una servidora diría que J. A. Gómez Marín –se nota que usted va cortito en letras pues lo escribió con minúsculas- tiene superior talla humana y cultural que un puñado de presidentes que yo le podría enumerar y usted seguramente admira. Se podría dar ínfulas porque le sobran motivos pero mire usted por dónde, no lo hace.
Esas monsergas mitológicas como usted las llama –Gómez Marín no nos las encasqueta, sino las expone con naturalidad y quien no las entienda siempre podrá acudir a la Wiki- forman parte de la almendra cultural de algo tan nimio como eso a lo que conocemos como Occidente. Tal vez usted sea de los que prefieren las suras del Profeta.
En su último párrafo intenta poner azúcar glas en el borde de una granadina en la que se ha orinado previamente y vertido su bilis.
Ah, y se dice peatones y peatonas. ¿ O no?
No le eche cuenta, lady Scèptika, que no se lo merece. Me extraña mucho de usted que lo tome por agareno, pues yo diría más bien que es sociata camuflati de los del mangati Juntati o por lo menos partidati. No pierda el tiempo y menos un día como hoy, de parabienes, de unanimidades,
No le eche cuenta, lady Scèptika, que no se lo merece. Me extraña mucho de usted que lo tome por agareno, pues yo diría más bien que es sociata camuflati de los del mangati Juntati o por lo menos partidati. No pierda el tiempo y menos un día como hoy, de parabienes, de unanimidades, que estp va parecienod ya un blog búlgaro (hoy, ¿eh?), aunque lo que ocurre es sencillo: que este tío hay día que las borda sin bastidor.
Escondido a medias, sin dar el cante, sigo el blog y me asomo hoy para lo mismo que casi todos, para decirle a jagm que ha tocado un tema graciosísimo con mucha tela debajo, como tantas veces, pero si cabe mejor trazado que nunca. Una belleza, la imagen del bosque de Dodona, la de la estaca hincada… Es verdad eso de que cuando se pone usted lírico es un pasote. Debería prodigarse más en esta clave.
Ma apunto. Hoy no habría forma de hacer otra cosa.
El problema de levantar los listones es que después hay que mantenerlos. Suerte, anfi, y salud para todos.
(No se ha dicho que hay un retrato sin trazos de Lula que es fenomenal: un tío parado ante una encina, con una bellota en la mano y cara de tonto. A ver quién lo mejora, aparte de jagm.
00:52
¿Qué puedo yo añadir a estas horas de la noche a lo ya dicho?
Solo que si “el mundo puede ser gobernado por cualquiera a condición de que lo toque con su dedo esa Fortuna,” la Fortuna de dos personas supone en este caso la Desgracia de dos grandes países.
08:53
Parece que algún duende benévolo nos ha hurtado la respuesta de ZP, que habría hecho correr ríos de tinta, aunque yo, malévolo, creo adivinarla.
Creo sinceramente que ZP, en su costumbre de asentir ante quien tenga delante, se habrá explayado en las ventajas del biocombustible sobre el jamón de bellota y se habrá comprometido en la reconversión del sector para lo cual ya habrá dado instrucciones a la ministra de la felicidad para que empiece una campaña de acoso y derribo del colesterol de derechas hasta concluir en su prohibición legal.