En la espléndida entrevista de Javier Caraballo al Consejero General del PGOU de Marbella, Arturo Moya, los lectores pudieron detectar ayer por dónde van los tiros desconcertados de cuantos han tenido agua, sal y asiento a la lumbre en ese cortijo vergonzoso. ¡Pues no que dice don Arturo –un hombre con tan dilatada experiencia política y administrativa—que lo de la obra de un millón de euros que se hizo en su casa una alcaldesa que ganaba uno de pesetas al mes, no es otra cosa que el efecto “de la vieja teoría del ‘poyaque’, pues ya que hacemos esta mejora hacemos otra y…” (sic). Hombre, Consejero, se comprende que trate de salvarse del incendio y salte por la ventana más próxima, pero ¿de verdad no le de grima sostener argumentos como ése? La patulea de Marbella está donde hace mucho que debió estar, se lleve usted mejor o peor con la alcaldesa. Dice usted, por ejemplo, que “si es así (como dice el juez), la alcaldesa tendrá que pagarlo”. Pues “pa’ chasco”, como dicen en el Foro, estaría bueno que le saliera gratis.