Las minervas del ministerio de Consumo acaban de descubrir que el aceite de oliva y el jamón ibérico están muy lejos de ser buenos alimentos. ¡Un tío como el ministrillo Garzón demonizando la inmemorial memoria de la especie de un decretazo a base de algoritmos y parámetros! Hay algo bueno en esa idea, sin embargo, que podría aplicarse a la política: replicar ese “semáforo” con otro que decidiera objetivamente la calidad de los dirigentes políticos asignándoles a cada uno un color en su escala de valores. ¿Se imaginan el mamarracho de arcoíris que resultaría aplicado esa benéfica inquisición sobre el actual des(Gobierno)? ¿Cómo quedaría en semejante ránking cromático la mayoría de sus oscuras excelencias, incluyendo desde el Presidente plagiario, y pasando por su legión de vices mediocres, hasta el ministrillo que descalificó al turismo? Se ha dicho que este Ejecutivo haría historia. Y yo no lo dudo.