Hay noticias que elevan el ánimo, nuevas que le redimen a uno del prosaísmo invasor y el deterioro imparable de la sensibilidad. En una crónica de David Vigario, que leo en nuestro periódico, me entero de que un Juzgado de Badajoz acaba de acorar la tenencia compartida de un perro que se disputaban a dentelladas legales dos cónyuges en ruptura, ordenando que el dichoso animal permanezca en compañía de cada uno de ellos seis meses consecutivos, comenzando por la esposa ya que fue ésta la que se vio últimamente privada del legítimo derecho y placer de la tenencia. Vigario se ha informado hasta averiguar que existen ya antecedentes a procidencias como la referida, pues una jueza alicantina habría ordenado ya con anterioridad la custodia compartida de un caniche y la Audiencia de Barcelona dispuesto un régimen de visitas adecuado para los padres/propietarios de un golden retreiver hasta entonces en desagradable disputa. Nuestros jueces demuestran una gran sensibilidad, como puede comprobarse, cuando se trata de salvaguardar los derechos del perro o no sé si será más cabal referirse a los que asisten a sus dueños (en la mayoría de los casos, gananciales), a pesar del atasco fenomenal que impide revolverse en las oficinas judiciales y de la frecuencia con que graves casos pendientes decaen por prescripción ante la práctica incapacidad de los juzgadores para ocuparse de ellos. Habrá, quién lo duda, algunas voces que se levanten contra estas atenciones caninas y no ha de faltar quien esgrima el hecho incontrovertible de que en esos Juzgados se apilan cientos de casos que conciernen a niños con derechos pero a los que, ciertamente, tratamos, dadas las circunstancias, como si no los tuvieran, o al menos, con mucho menos miramientos que a algunos de estos hermanos fidelísimos. El franciscanismo se cuela por las rendijas de la nueva ética humanista haciendo buena la conseja antigua de que, al menos a veces, vale más el collar que el perro.
Ha llamado la atención en esta historia el hecho de que para fundamentar su sanción, la jueza de referencia haya echado manos de una cosmología remota, la de los indios katos –que sitúa al perro como compañero de la divinidad y testigo de la creación, lo que, a su juicio, justificaría plenamente su derecho a la tutela jurídica—mucho más audaz que nuestro animalismo moralista. Y uno no ha tenido otro remedio que cerrar los ojos, confundido por estas extravagancias de un sistema social con tantas fallas como el que nos asiste. No es por ponerse estupendo pero cuesta olvidar que en el Corte Inglés se venden chucherías para perros mientras miles de niños mueren de hambre cada día en este perro mundo.
Miles de niños mueren de hambre, mientras un futbolista cobra millones de euros.
Miles de niños mueren de hambre, mientras los estados invierten en armamento.
Miles de niños mueren de hambre, mientras se venden vehículos de lujo.
Miles de niños mueren de hambre, mientras hay personas que se gastan 3000 euros en un vestido, ó un bolso, ó unos zapatos.
Miles de nños mueren de hambre, mientras… tantas y tantas cosas. ¿porqué siempre hay que terminar comparando la alimentación con los perros? no me importa gastarme dinero en una golosina para un perro que me acaba de defender de un gilipollas que por la calle me asalta o se me acerca con intenciones dudosas, como el mismo sábado que saliendo de comprar con las bolsas de un supermercado, me coge del brazo un hombre que no conozco de nada, y me dice: «tú que eres guapa y buena persona…» por donde se va a tal sitio,? se lo digo y aún así empieza a seguirme, cuando mi perro vivía me defendía de los capullos que me encuentro a diario, por falta de policías. Por favor no le quite las ganas a los jueces de tratar cuestiones de perros, nos defienden, protegen nuestras casas, nos dan cariño cuando estamos enfermos, curan depresiones, localizan droga, van a misiones de salvamento, son lazarillos de los ciegos, hacen compañía a muchas personas mayores ó que viven solas.. etc. Cuesta mucho que un juez castigue con dureza un maltrato animal, hace poco leí en Le Figaro una pena de 3 años de prisión que se imponía a 2 chicos en Francia por torturar a un perro. Aquí en España son 6 meses por arrastrar con el coche a un perro y en vista de que no se muere tirarlo por un puente. O 60 euros por dejar que se muera de hambre, multa impuesta a una mujer que además no era la primera vez que lo hacía. Por todo esto, no me parece mal que los jueces se hagan eco de la sensibilidad social hacia los animales, si puede parecer cómico, lo de la «patria potestad compartida de un animal» pero yo tambien lucharía hasta el final por tener un perro que me ha salvado de una posible violación. Mucho más grave me parece que se gasten los recursos judiciales en juicios absurdos que provocan los friquis en la tv, por sacar dinero constantemente por presuntas injurias ó difamaciones que están a la orden del día y que las tv propician; es que un juez no se tira media vida estudiando para luego tener que aguantar escuchar las tonterías de los dinios…, y colaboradores de programitas rosas que se dicen, y que encima nos cueste el dinero a todos. Le pido por favor, que no haga demagogia con el tema animal. Gracias y Saludos.
Sólo quisiera puntualizar sobre mi comentario anterior, donde digo que las tv propician, rectifico a presuntamente propician, quiero corregir, por que me refiero a algunas, y no a todas, por supuesto. Tambien creo que no son precisamente los casos sobre animales los que atascan los procesos judiciales, y tambien creo que los jueces tiene bien claro a lo que hay que dar prioridad, por supuesto que siempre hay que atender los casos de menores antes que los de un perro, pero no por eso pienso que haya que excluirlo, (aunque vd no lo mencione), si los delitos prescriben no creo que sea porque los jueces se entretengan con estos casos; si hacen falta más jueces, secretarios judiciales, oficiales, agentes…, pués adelante, pero sigo reiterándome en que no creo que sea por tratar esta «temática». Bueno, termino ya dándole las gracias por dedicar parte de su tiempo a leer estas mis humildes letras y Saludos cordiales