El portavoz de la Junta andaluza ha enfatizado ante la prensa que la artificial polémica castellano-leonesa sobre el aborto “no existe en Andalucía”. Ventajas de una mayoría absoluta que contempla preocupada el ritmo de alivio de condenas a los agresores sexuales, ciento cincuenta de los cuales aguardan aún impacientes en Andalucía –según el secretario general del PP-A– ese regalo legal propiciado por la impresentable ley sanchista llamada del “sí es sí”. Hay polémicas artificiales y problemas auténticos, y supone una calamidad para la democracia de todos que ni el PSOE ni Vox se paren siquiera a distinguir unas de otras, atentos ambos en exclusiva al desgaste del rival común. En este año electoral no será éste, a buen seguro, el último ectoplasma que planee sobra una convivencia abrumada sin cesar por el forcejeo partidista.