Se critican las argucias –inútiles y tristes argucias—de la estadística laboral para falsear el número de parados reales en Andalucía a base de eliminar de esa cuenta a una serie de colectivos que, de ser incluidos, elevarían el listón muy por encima del millón de desempleados que vanamente se intenta ocultar, rondando el temible 30 por ciento de la población activa. ¿Qué ganamos con cerrar los ojos o llamar con extrañas siglas a colectivos que, en realidad, no son más que parados puros y duros? Es invencible la tentación eufemística del Poder, sobre todo cuando algo tiembla bajo su peana, pero no iremos a ninguna parte por ese camino.