Hace siglos que se discute sobre la propuesta famosa que traduce el adagio latino “si vis pacem para bellum”, esto es, si quieres la paz, prepara la guerra, adagio tan famoso como espurio pero no falto, por lo que uno lleva leído, de una larga tradición. Los lectores de Horacio, un espíritu tan sereno, conocen su idea, casi idéntica a alguna escrita por Livio, de que nada resulta más convincente para lograr la paz que asomar en su momento el fantoche de la guerra; los de Cicerón no habrán olvidado su convencimiento de que la verdadera paz sólo se consigue tras la victoria. Hay tópicos de fortuna como éste que han ido rebotando a través de los siglos como cantos rodados hasta reencarnar en plena modernidad. A George Washington se atribuye también este antiguo consejo –no hay mejor manera de preparar la paz que prepararse para la guerra—que, sin duda, llegaría a él de rebote pero conservando toda su mordiente, y hoy mismo se vive en USA un curioso clima en el que se entremezclan inescrutables la protesta pacifista y la demanda militarizadora. Los partidarios del desarme como requisito de la paz no han logrado jamás desmontar ante la mayoría esa poderosa sugestión de que un arsenal es el mejor disuasor frente a un presunto enemigo, mientras que, al contrario, el belicismo de todos los tiempos lo ha tenido fácil para sacar adelante la idea de que la mejor defensa es un buen ataque. Hace pocos días se han reunido en Bruselas los veinticinco ministros de Defensa de los países de la OTAN para llegar a una conclusión cuando menos inquietante: que es necesario, imprescindible incluso, que la organización disponga de efectivos capaces de garantizar, en cualquier punto del planeta, al menos, dos grandes guerras de sesenta mil soldados cada una, y seis guerras pudiéramos decir ‘menores’, para las que sería suficiente disponer de treinta mil hombres en cada una. Rumsfeld no debe sospechar siquiera que está proponiendo a sus aliados algo bien parecido a lo que Tucídides propuso a los corintios, a saber, que votaran sin miedo la guerra como medio más seguro de alcanzar una paz duradera. Ni falta que le hace. Sus aliados, que puede que sí lo sospechen, han votado como un solo hombre a favor del pavoroso proyecto.
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Es difícil sustraerse a la hipótesis de que, en cierto sentido, la amenaza islamista está proporcionando a Occidente una espléndida coartada para organizar desde abajo un nuevo ‘Sistema’ en el que el G7 (ampliado) decidiría qué hacer, las relaciones internacionales serían competencia de la OMC, y su brazo armado sería esa OTAN que habla sin reparos de su “éxito” en Yugoeslavia mientras mantiene empantanado un ejército en Afganistán y contempla la impotencia americana extraviada en el laberinto iraquí. Y más difícil aún imaginar cómo podría sobrevivir el pacifismo ante semejante escalada de la opción militar que, más allá de los remilgos ante la foto de las Azores, acaba de suscribir en Bruselas, sin reservas que se sepa, nuestro apaciguador Gobierno. Preparar la guerra para propiciar la paz: es curioso que todos hayamos leído esa frase que nadie ha escrito pero con la que tantas minervas han coincidido en el fondo y, en buena medida, también en la forma, y que sigue conservando su intensa capacidad de convicción. Y es que a lo peor resulta cierto aquello que decía Wilde y que, más o menos, pronosticaba que la guerra conservaría su fascinación mientras se la siga considerando como algo nefasto, de manera que su atractivo popular estará presente en la opinión en tanto alguien no tenga el talento de presentarla como algo vulgar y despreciable. El ministro Alonso es uno de esos veinticinco que han fijado ahora la temible doctrina de la guerra grande y las pequeñas en el marco de esa OTAN en la que nos dijeron que entraríamos poco menos que de comparsas pacifistas. Pero tal vez lo peor del caso es que aquí ni siquiera nos hemos enterado.
Uno. No olvidemos que la guerra, las guerras, todas las guerras, alimentan a una poderosísima industria armamentística, que como la bicicleta necesita estar en movimiento para no caerse.
Dos. Sin llegar a los extremos de la Fallaci y sus catilinarias contra la babucha del profeta, no olvidemos que existe una a modo no de guerra, pero sí de invasión, de conquista -nosécuantos millones de infiltrados en Europa que miran para la Meca, cuyas múltiples esposas paren un sinnúmero de hijos europeos, pero que siguen mirando para la Meca- cuya defensa, la nuestra, misçérrima, frente a ellos, no está en el armamento hard, sino en una triste lenidad de nuestras leyes y la facilidad con que los ropones se las saltan para no ser tildados de racistas, xenófobos, y tal y tal. Me explico. Hay poligamia, conocida y consentida en toda Europa, España incluida, por parte de los hijos de Alá. Ya ha habido algún conflicto en la Seguridad Social porque con una cartilla sola, la del cabeza de familia, hay que atender a toda una multitud. Pero esto se calla por ser very, very políticamente incorrecto. Luego los niños, criaturitas de diecisiete años y ocho meses, trapichean con lo que haga falta, no todos, of course, pero haberlos… y se les aplica una ley del Menor que clama al cielo. ¿Que les da por poner unos petarditos en los cercanías y se cargan a doscientos ciudadanos y mutilan a mil? Eso no va a cambiar el buen rollito del que hay que presumir.
¿Epixenófoba? Yo me creo que no. Pero sí, si ustedes también están en el buen rollito. Lo que pasa es que al leer sobre guerras al Maestro se me ha venido a las “mientes”, esta otra que la tenemos más perdida que el barco del arroz.
La Junta de Extremadura vuelve a comprar sus viejos ordenadores a la misma empresa a la que se los vendió, al triple precio pero más viejos.
El cristianismo dice «amar al prójimo como a tí mismo».
Lo que olvidó Dios al emitir dicha sentencia es que los seres humanos son sado-masoquistas en su totalidad. Con inclinaciones más fuertes en uno u otro sentido.
Quizás no tenía quer haberlos creado libres.
Este Charnego no sólo impertinente, es bobo.
Tiene huevos que estos que están ahí por el 11-M, los condenadores de la guerra de Irak u la foto de las Azores, firmen un pacto guerrero como el que describe y autoricen por acció u omisión el uso de bases españolas para las torturas de la CIA. Gran denuncia, GM. Y gran subrayado: «lo pero del caso es que aquí no nos hemos enterado». Gracias.
El «buenismo» de ZP condena una guerra pero admite «2 grandes y 6 menores». Hay que ser cínicos. Y tonotos para np darse cuenta de que ZP defendría mañana la guerra si de ello dependiera su continuidad donde nunca soñó estar.
Encarnamos en ZP el buenismo y el rollete majo, pero él no es más que el monaguillo que va delante de una turba multiforme en la que se echan risitas desde mihenmano Arfonzo -sus dos tomos de memorias (?) dan vergüenza ajena- hasta los alcaldes más zoquetes. Por cierto en Málaga hay un municipio costero que le echa la pata a Marbella en saturación de hormigón: Mijas, colindante con la anterior, y regida desde el 79 por alcaldes socialistas. El más de los más.
Cuate, aquí hay tomate. (Si algún periodista de investigación leyera o leyese lo que antecede podría husmear en el cese fulminante del concejal de urbanismo mijeño, que tras siete años de «recta administración» ha vuelto a dar escuela en un colegio marbellero precisamente). Como si estuviéramos en Dinamarca,en tiempos anteriores a don Guillermo Chéspir, algo jiede cantidubi.
Un viaje me impidió participar el otro día en el comentario de la estupenda columna «El ocaso ortográfico», ocurrencia magnífica y justificada, apoyada en una exposición culta, comoe s haboitual en jagm, que me complece extraordinariamente celebrar aunque sea a toro pasado. Lucha usted en muchos frentes, amigo jagm, le admiro por ello. Pero verle atizar en mi terreno me conmueve y motiva mucho más aún como lector habitual y amigo, al menos «amigo internáutico». Gracias por aquello y por el motivo nustro de cada día.
¿Qué «nuevo orden internaiconal» era ése que iban a hacer, uno capaz de «mantener» 2 guerras ‘grandes’ y 6 ‘medianas»? ¿Qué pintamos nosotros en ese empeño omperial, qué nos da a cambio el Imperio, seguridad acaso? Les dejamos ya no sólo utilizarnos como «base» sino involucrarnos en acuerdos enloquecidos como el que denuncia este artículo. Confieso que yo también lo he leído en la prensa exterior, y aunque no lo sé seguro, sospecho que aquí dentro no ha circulado. ¿Qué pinta un ministro como Alonso acordando ese horizonte bélico? Se comprende que ZP quiera recuperar el terreno perdido ante los yanquis, pero ¿qué justifica que involucre a España en ese proyecto? ¿Dirían también, llegado el temible caso, que por acuerdos como el mencionado nos convertimos en objetivo terrosita de los amenazados, que son, indudablemente, los oaíses islámicos? No me conteste a todo, anfitrión, que usted bastante hace con destapar por su cuenta lo que tantos callas o, lo que sería igual de malo, lo que tantos ignoran.
Tremenda información la que hoy nos da, que yo no había visto ni en la prensa de derechas ni en la de izquierda. La «guerra preventiva» es una barbaridad, pero organizarla de modo sistemático una locura. No me explico, en efecto, cómo puede haber pasado en silencio entre nosotros un acuerdo así. ¿En qué emplearán su tiempo tantos diputadois y senadores? Dios me perdone por la pregunta, pero de moemnto voy a mentenerla.
OTAN, de entrada no.
Pero…, por favor, ¿qué hace I.U., por qué no denuncia esto,? Me voy a tapar con la almohada y lo voy a mandar todo a tomar por … Tampoco es que me espante mucho que no haga nada, poque últimamente… Estas cuestiones te dejan echa polvo.
Pues IU, señora. denuncia la guerra en la calle y en el Parlamento, pero siempre que el guerrer del antifaz sea el PP, no cuando lo es el PSOE (primera de Irak, Solana en Yugoeslavia, el caso presente). ¿No vio usted a Llamazares hacer de liebre del PSOE en el pasado debate, leyendo los testimonios de encuentros con ETA que el propio PSOE no uqería leer por sí mismo pues estaba clara su antigua colaboración con el gobierno del PP? IU es la mamporerra del PSOE, eso es todo, Quédese tranquila bajo su almohada.
Lean en El Mundo de Andalucía (16/06/06) el artículo de un jurista sobre la fianza exigida por uan jueza de Sevilla a este periódico por revelar lo que Chaves quiso manetenr oculto. No se lo pierdan, porque esa es una radiografía de nuestra situación.
El Mundo de Andalucía se niega a publicarse -previo pago- en la red. Ese privilegio está reservado a los ¿cómo se dice, paises, regiones, nacionalidades…? donde se vende un determinado número de ejemplares.
El Mundo no es ninguna entidad benéfica, sino que para su staff lo primero es la pela. En Andalucía parece que venden poco. Yo hace tiempo que me negué a comprar prensa de papel. Y en esa estamos. Luego no se metan con Polanco.