Pasada la nueva efemérides autonómica –no sólo de símbolos vive el hombre– y reanimados, al fin, por esta lluvia benéfica, hay que resaltar la encomiable providencia de la Junta al dedicar especialísima atención al campo en los nuevos Presupuestos. Son muchos los problemas de la vida rural y graves los que soporta nuestro medio ambiente, tanto tiempo desatendidos ambos antes de esta decisión de aumentar decisivamente los fondos que reclaman tantas necesidades como soporta este hermano pobre de una sociedad determinada por su progresiva urbanización. Sin perjuicio de banderas e identidades, haber entendido al fin el peso decisivo de la Andalucía campesina califica como sobresaliente la que parece una concepción más realista por parte de una autonomía responsable. Ésa será, sin duda, la demostración más convincente del “cambio” real tan prometido como reclamado desde el sentido común.