Calles abarrotadas, alegría general, niños exultantes, el comercio (afortunadamente) hasta el tope. Pero junto a ello, la triste realidad: 1079 onubenses más al paro sólo en el mes de diciembre, lo que supone que 7.521 se han despeñado en ese abismo durante el año que se acaba de ir. Total, muy cerca de las 50.000 cincuenta mil personas sin empleo en la provincia, que ya veremos cuántos cuando aparezca la EPA depurada ya de cuentos y monsergas. Este es el mayor fracaso político de la democracia, con crisis por medio y sin ella, porque los peores situados van todavía por encima de nosotros. Aquí hace falta un cambio, del color que sea, gente nueva que venga pensando más en luchar que en buscarse la vida.
Aún no hemos llegado al final.
La Espanya de María y de Frascuelo está en declive desde el final de los austrias.
¡Que sigan alabando a los herederos del franquismo tiene bemoles!
Las tempestades siempre me hacen pensar en los embarcados y las Navidades en los enfermos , los solitarios. Como don josean, en medio del regocijo y de la alegría no puedo más de pensar en los infelices y los olvidados.
Qué injusta es la vida!