Mal suerte. El Gobierno considera que las autopistas andaluzas, en concreto la que une Sevilla con Cádiz, no será liberada del peaje aunque lo sean las catalanas, que para eso lo habían incluido astutamente en su Estatuto. Tantos años después se pone de manifiesto el cinismo que suponía exigir al Gobierno del PP por parte del PSOE andaluz la inmediata solución de ese viejo problema y se vienen a la memoria las imágenes de sus dirigentes manifestándose para exigir respeto a Andalucía. Ahora, no. Ahora nadie en el partido del Gobierno se acuerda ya de aquellos clamores sino que se remite el tema a la letra chica de los Estatutos que se les escapó a nuestros mandamases. No somos Cataluña, ni mucho menos. Pero quien comete el agravio ahora es el PSOE, no el PP.