Que no, que no tragan. Que el AVE no llegará a Huelva mientras la capital siga siendo un bastión inconquistable ante el que han fracasado cuatro veces los candidatos del PSOE. ¡Enseguida va a tolerar éste que, con las municipales a un tiro de piedra y con todas las previsiones en contra, “su Gobierno” cumpla sus promesas en Huelva! Este es uno de los casos de informalidad política y de deslealtad cívica más clamorosos que se recuerdan en nuestra tierra, un solar donde, a lo que no beneficie al PSOE –desde el AVE a Astilleros pasando por el récord de parados–, ni agua. La nueva desvergüenza es una pandillera patada en el trasero a una ciudad que, libremente, no vota lo que conviene al partido en el Gobierno.