Mientras las ménades emperradas en mantener el mamarracho legal del “sí es sí” siguen trapicheando, la Junta andaluza ha decidido ayudar sin demora a las víctimas. Hay que tener presente que en Andalucía andan ya por lo setenta los salvajes que han visto reducidas gratuitamente sus penas, aparte de que unos cuantos entre ellos campan ya libres por nuestras calles. Con decisión, la consejería de Igualdad que dirige Loles López –hoy dotada con un presupuesto máximo– anuncia su programa de ayuda inmediata a esas víctimas a las que ofrece asistencia legal y psicológica, mejoras en el sistema de acogida e incluso subvenciones para garantizar su imprescindible independencia. Queden las porfías partidistas para los autores/as del desaguisado. En Andalucía se ha entendido que lo que urge –al margen de regenerar esa ley insensata—es evitar el peligro que supone la propia libertad de los violentos.