Escucho estupefacto a doña Susana (ni sombra de lo que era, por supuesto) exigir a la Junta colaboración con el mismo Gobierno que, no contento con el expolio a que la somete en el reparto autonómico, le acaba de expropiar –con la complicidad de ese alcalde-showman que es el alcalde de Vigo– los remanentes que esos grandes olvidados (¡de todos!) que son los Ayuntamientos han conseguido ahorrar a duras penas. ¡Ahorra tú que yo me lo gasto! Hay que ser desconsiderado como lo son estos populistas de siete suelas para mangarle también a esa Administración vecinal, tan próxima, tras tantos años de alardear de “municipalistas”. ¿Miopía, mala fe? La verdad es que no son tan tontos como para merecer que se les aplique aquella atenuante.