Intenso fin de semana, hervidero de anuncios y rumores. Todo el mundo pendiente de la nueva orla en la que se verá reflejado el equilibrio de poder dentro del nuevo Gobierno. Inquieta –con razón— el hecho inevitable de que la partida que ahora comienza haya de jugarse a dos bandas, porque una bicefalia no sólo sería letal sino que, en una sociedad hecha al autoritarismo como la nuestra, se convertiría en un factor de inestabilidad seguramente insuperable. Esta es la hora de la Política con mayúscula tras todo un historial de autonomía tutelada pero autocrática en el día a día. Y será en esa prueba de equilibrio donde se traducirán las verdaderas intenciones de los nuevos socios. Ningún mandatario andaluz lo tuvo tan difícil como el presidente Moreno, tanto hacia fuera como desde dentro.