El rumor creciente (y solvente) de que la presidenta de la Diputación será la candidata del PSOE en su quinto intento de vencer al alcalde de la capital, Pedro Rodríguez, deja claro que en ese partido no hay candidato nuevo que valga y ha de echar mano –si es que finalmente la echa—de una profesional que hace treinta años que vive de la política. De todas formas, todo este murmullo, que seguramente tiene que ver con las tensiones internas que vive el partido onubense, no debe de inquietar demasiado a quien ya ganó cuatro veces seguidas a esos candidatos improvisados. Más de lo mismo: la sombra desvaída de Trillo y Parralo sigue ahí sin que en el PSOE sepan qué hacer con ella para superar el malfario.