La Junta de Chaves se propone ahora corregir su propio texto estatutario para “homologarlo” con el catalán, “techo” del autonomismo reconocido por el Congreso. De nuevo, pues, la vieja oferta de Clavero de “café para todos”, oferta ahora imposible por partir de una concesión como la hecha a Cataluña que no permitirá igualamiento por arriba. Es un cuento eso de que vamos a igualarnos, empezando por el concepto –de sobra sabe el PSOE que “nación” no es lo mismo que “identidad histórica”—y siguiendo por la realidad de los dineros ya comprometidos con aquella región. Ni siquiera es verdad que por este camino España se dirija a un puzzle de diecisiete comunidades. Esto no es más que una cortina de humo para justificar el privilegio de Cataluña que pronto será extendido al País Vasco en perjuicio de los demás. ¡Tanto meterse con la “cláusula Camps” para esto! Copiemos todas y cada una de las exigencias catalanas y entonces se podrá hablar de homologación.