No ha escatimado perlas la consejera de Presidencia y portavoz del Gobierno al justificar en este periódico el famoso “decretazo” que pretende, en contra de un aluvión de sentencias, reconvertir en funcionarios a los “enchufados”. Dice, por ejemplo, que “hay un claro tinte político en la protesta contra la reordenación” y asegura, contra la evidencia más clamorosa, “que nadie adquiere la condición de funcionario fuera de los sistemas objetivos de selección”. Está claro que lucharán hasta el último segundo, digan lo que digan los jueces, por incrustar en la Función Pública a su legión clientelar. Esta última legislatura será, si Dios no lo remedia, la tumba de la Administración autónoma.
Ya sean enchufados o viviendas ilegales (próximamente), la cosa es justificar el latrocinio y la desvergüenza. Andalucía imparable.