El Ayuntamiento de Valverde, o mejor, su «pacto de progreso» PSOE-IU, ha descubierto la panacea contra la ‘movida’ muchos años después de que los vecinos desesperaran y las denuncias sobre el consumo de alcohol y otras drogas se acumularan en la papelera del alcalde Cejudo. Y dice el teniente de alcalde, Donaire, –el mismo que hace poco alambraba el pegujal de su mujer en La Corcha para que no pasara la romería de la Virgen local—que va a haber leña al mono porque a él «le suda los cojones», con perdón, el voto de los jóvenes, habida cuenta de que tiene «su vida resuelta». Toda una lección de doble miseria política –la de la inhibición y la del leñazo—que no debe extrañar en quien, por lo que él mismo dice, ha sabido resolver su vida en sólo una legislatura y de paso colocar aquí y allá a familiares, deudos y demás parientes y afectos. Grave lenguaje el de este progresismo de pacotilla que no va a cambiar el mundo pero que con tanta eficacia resuelve la vida a sus protagonistas. Pregunten en la propia IU valverdeña y verán lo que oyen. O mejor no pregunten y esperan a ver qué hacen con estos sudados los vecinos del insomnio y los jóvenes del botellón.