Se anuncia ahora desde el “Gobierno del cambio” que lo que estamos viviendo no es ni más ni menos que la “tercera ola” de la pandemia. ¡Será por olas! Las imágenes que siguen llegando desde la sociedad son, en todo caso, inconcebiblemente irresponsables: fiestorros masivos, universitarios escalando fachadas para acceder a ellos burlando el toque de queda, “quedadas” clandestinas en pisos… No se duda de la dificultad que entraña el control de estos insensatos, pero, más allá de las medidas teóricas anunciadas por la autoridad, lo que se echa de menos ante semejante pitorreo generalizado, es la presencia efectiva y disuasoria de sus agentes y la contundencia de las sanciones a los infractores. Habrá olas sucesivas en tanto la autoridad siga siendo un fantasma burlable frente a esos incívicos desafíos.