Nos llega una vehemente petición de la organización musulmana Liderazgo Islámico Mundial –un título elocuente– desde su concilio cordobés. Se pide a España que, en coherencia con las propuestas de su Gobierno y a favor de la recuperación de la “memoria histórica andalusí”, acelere la prometida “alianza de civilizaciones”, que se nacionalice a los descendientes de los moriscos expulsados en el XVII, que se cree en observatorio internacional contra la islamofobia y hasta que se impongan a la prensa libre de Occidente un “código” para periodistas. Ya está bien de palabras, pasemos a los hechos, y los “hechos son amores y no buenas razones”, como dice el refrán. ¿Qué mundo más deseable que aquel en el que los contrarios se entiendan y convivan el león con el cordero como en la fábula ideal? Pues ninguno, en eso hay que darle la razón a los ayatolás. Ahora bien, ésa no es la única noticia de ayer que concierne a nuestras diferencias y afinidades. Hay otras y alguna terrible, como la que anuncia para la jornada dos ejecuciones por lapidación que habrán de celebrarse en la ciudad iraní de Takestán, junto a las tapias del cementerio en que hace días han sido abiertas con diligencia las fosas en que una mujer adúltera será enterrada hasta el pecho y su amante hasta la cintura antes de ser apedreados a muerte. ¿Un mundo hechura del modelo islamista de vida? En Irán como en Arabia Saudí, en los Emiratos como en Nigeria, en Afganistán como en Malasia o en Pakistán, esa civilización con que la que se nos propone dialogar a calzón quitado mantiene a la orden del día, junto a esta pena indecible, castigos como la flagelación para el “bailarín depravado” o la amputación de la mano para la ladrón y de la lengua para el calumniador. Y toda una liturgia infame que reserva al juez la primera pedrada y elige los cantos, ni tan grandes que puedan abreviar el suplicio, ni tan pequeños que no sean realmente piedras. Sí, hace falta un observatorio mundial, qué duda cabe, si es posible dotado de poder coercitivo para impedir la barbarie y para exigir un derecho que deje atrás la brutalidad consustancial al arcaísmo. Mientras antes mejor. Aunque me temo que para los adúlteros de Takestán servirá ya de poco.
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También trae la prensa la fotografía de un hombre lapidado en Afganistán en la que se ve a la atenta multitud siguiendo el martirio, al lapidador espontáneo y al niño divertido que observa la escena y aprende la lección. En presencia del juez, por supuesto, avalado por el precepto vigente, ante la indiferencia de una comunidad internacional a la que encima se le propone un “liderato islámico” que nada ha dicho hasta ahora de superar el estadio primitivo de sus sistemas jurídicos (por llamarles de alguna manera) ni de eliminar esas prácticas horripilantes consideradas como normales en su ámbito. Son desoladoras las estadísticas de suplicios similares difundidas por las organizaciones civilizadas, ya digo, inconcebible la pervivencia de ese abismo moral que separa, en efecto, un mundo que hace siglos repudió teóricamente esa prácticas y otro que las mantiene contra viento y marea. “Las piedras no deben ser tan grandes como para matar de una o dos pedradas al reo ni tan pequeñas que no puedan calificarse de piedras” –obsérvese el prurito nominalista–, los hoyos habrán de estar preparados antes del suplicio, el juez romperá el fuego con un primer cantazo. Hay un abismo insalvable entre un mundo que se atiene a esas normas y el que lucha por rematar el ideal de un humanismo incompatible con los designios fanáticos. Echen si no una mirada a esas fotos indiscretas que periodistas, afortunadamente sin códigos de silencio, han mostrado al mundo y de las que no imagino qué podría dictaminar un observatorio como el que se propone. Para volver a la Edad Media siempre habrá tiempo. Si algo no se entiende son las prisas de ZP.
Sé que no se le ha pasado al Jefe, pero me gustaría apostillar que el problema no es tanto el de esos países que cita, cuanto que en otros que estaban inmersos en un proceso, vamos a llamarlo de occidentalización, están recuperando lo peorcito de esa justicia-religión-política.
A la ONU, ay pordió, que me da la risa floja, que tardó en admitir a la Expaña del Ísimo, parece que no le duelen prendas de albergar a los que aún no han pasado la barrera de 1948 y su Declaración Universal de Derechos Humanos. ¿Esperará a que llegue tal año en su hégira?
Pero ciertamente sí tenemos el deber moral de apoyar a cuantos en esos países se atreven al menos a levantar la voz denunciadora y ofrecerles cátedra en nuestros foros, en nuestra prensa. Claro, que es más fácil mirar al techo y silbar. O darse abrazos mitrofánicos.
Ay, mi doña Sicard del alma, pordióbendito, que con la cosa de darle al «enviar» se me ha quedado en el teclado un comentario elogioso, de sobresaliente cum laude, al suyo del respeto a sí mismo y a los demás. Se vé que usted no renuncia a su vocación de educadora. Aquí por desgracia, nos rebajaron a enseñantes, a docentes, que queda más fino.
(No me pregunte por el último adjetivo de mi coment ahí más arribita. Recuerde a un oso, un rifle y un cazador miserable).
17:03
Si ayer me declaraba moderadamente homófono hoy me confieso seriamente islamófobo.
En las fobias pasa como en los castigos colectivos, siempre se cometen injusticias, pero yo, por pura precaución, nunca contrataría a un islamista ni a nadie que pudiera ser sospechoso de tal práctica o creencia.
Desde luego, cada uno tiene derecho a practicar la religión que le plazca, heredada o no, pero también tiene cada uno todo el derecho a desconfiar de quien se pudiera poner la religión por montera. Tampoco contrataría a nadie del paisito del norte ni compro productos de su procedencia.
No hace falta extremar las cosas. jagm plantea un asunto bien concreto y con circusntancias que se comentan solas. Hoy los islamistas no exigen lo que les habían prometido. ETA hace lo mismo. Hemos de comprender que mientras nuestro Gobierno legítimo vaya por la vida haciendo el loco estos problemas continuarán.
No cabe diálogo con quien habla otro idioma moral, no es posible aliarse con el bárbaro. Y bárbaro es quien hace lo que hacen esos de las piedras elegidas. Recemos porque las ejecuciones no se hayan producido ni se produzcan. Y por nosotros mismos.
Estive escuchando la «Charla» de El Mundo proganizada por gm. Mucha «morralla» reaccionaria, es posible. Pero lo que escuché allí, a Luis del Pino, sobre el 11-M me fuerza a admitir que esa gente lleva su buena parte de razón. BIen llevaod el diálogo se procuró no identificar al PSOE como el gran c´mplice de quienes organizaran el atentado y me alegro por ello. Debo admitir sin embargo por lo allí escuchado que muchos de mi cuerda estamos apoyando sin sentido a gente que no se lo merece y permitiendo que esta bola de nieve que es el proceso del 11.M siga engordando ya veremos hasta donde.
Contra el vicio de pedir está la virtud de no dar.
A los que nos van a dar por donde ustedes saben es a nosotros. ¿Ya vieron lo ocurrido ayer en Huelva con la nueva caravana de la muerte? Para que comprueben que son los mismos…
L de **liderazgo mundial** es para no dormir. ¿Por qué les dan tanto carrete a esta gente?
Yerra quien crea que el buen trato (el buenismo zapatarista) es consecuencia de la ideología. A los moros se les trata bien porque tienen petróleo (como a Chávez) y nada más. Miren la historia y van a ver cómo se les ha tratado toda la vida. Mi abuelo era coronel en Ceuta y tenía doce moritas en casa aparte de sus seis soldaditos.
Tremenda cuestión. Y desmemoriada. Los EEUU ayudaron a Irak durante la guerra con Irak como ahora ayudan a los chiítas frente a los sunnitas sadamistas. Nosotros debemos que se nos reclame nuestro propio país a base de paños calientes, y soportar que nos lea la cartilla moral y jurídica gente que corta la lengua o apedrea hasta la muerte.
Habrá quien leyendo a don Griyo lo tome por xenófobo y tal vez por racista. No me pronunciaré sobre el hecho porque respeto a quien ha denmostrado muchas veces su sereno criterio pero me extraño de algunas de sus intemperancias. Lo más fácil es tirar por la calle de enmedio y don Griyo tiene un poco aprendida esa ruta. La columna, en cambio, me parece muy puesta en el fiel de la balanza. No se puede ignorar que estos locos zetapés nos están llevando al abismo.
Es muy notable que estos payos que no hacen pantanos para no parecerse a Franco, sigan otras políticas del dicador al pie de la letra, en especial este rollo de la vocación árabe de España y demás zarandajas, hoy por hoy suicidas. Nuestro aislamiento de USA no viene sólo de la chorrada aquella de la bandera ante la que ZP no se levantó, el muy mastuerzo, sino de ests apoyo insensato qyue le damos a quienes dicen reclamar nuestro propio país como suyo.
Aquí se viev eso de otra manera. El 11-S le abrió los ojos a mucha gente, empezando por los propios islamistas locales que saben cómo se las gastan aquí. ¿Guantánamo? Ese infierno no es más que una broma con lo que estos de acá serán capaces de hacer como alguien les reclame un solo acre de su patria.
Ganas de hablar. La columna pone en claro lo que nos separa sin remedio de los bárbaros: los propios bárbaros.
EStamos contra la pena de muerte y vemos con gusto su enérgica actitud mantenida durante años. Esta protesta de hoy es tremenda porque las ejecuciones están programadas, como dice usted, para hoy mismo a pesar del movimiento mundial organizado por AI y otras entidades. Gracias a usted y no tanta a sus blogueros entretenidos en lucir sus respectivos ingenios en cuestiones accesorias. Por lo menos en un día como hoy y ante vuna cuestión como la de hoy ya podrían ser responsables.
No estoy de acuerdo con el señor Cura. Rece cuanto quiera, est´ña en su derecho, pero lo que nos está haciendo falta (de todas formas, a Dios rogando y con el mazo dando) es no tolerarle a esa gente descomunal su actitud sin sentido. La denuncia de barbarie que hace gm está plenamente justificada. Lo demás importa mucho menos.
Amén más a lo escrito por jagm que a algunos comentarios.
Nunca vi pradera en que el león y el cordero convivieran. Y desde luego ésta en que vivimos nosotros no va a ser una excepción. Pues anda que no está empapada de sangre la tierra que hay bajo la verde yerba.
Que nos pidan un código para periodistas vale, que no los mandemos a paseo es otra cosa. Que nos exijan velo para nuestras mujeres en su tierra, vale, pero que quieran impoernos el suyo en la nuestra solo lo aceptan los débiles. Menos mal que siempre nos quedará (desde ahora) Sarkozy…
No se entiende por qué la llamada Comunidad Internacional consiente desmanes como la lapidación. ¿Que se trata de una costumbrev suya, y por tanto de pura «antropología»? Pues entonces cerremos puertas y ventanas a ese mundo para al menos no escuchar los ayes de las víctimas.
Pero, jefe, usted mismo ha contado aquí que en Irán han colgado a un desgraciado de una cuerda fina en una grúa para que su muerte fuera más larga y su agonía más dolorosa. ¿De qué vamos a extrañarnos? ¿Ha hecho algo el mundo, ha hecho algo Occidente para que esos bárbaros se detengan?
El rey saudí acaba de recibir el homenaje de nuestra democracia libre. No sé qué sentido tiene continuar dialogando sobre estas cuestiones.
Sé que soy un pesado, lo tengo asumido y más de una vez he pedido perdón por ello. Pero ya me gustaría más extensión en algunos comments que tienen la brevedad de una greguería de Ramón, pero no la claridad necesaria. Al menos para gente más torpona, comme moi-même. A mi bienamado don Elitróforo, para bien o para mal se le entiende todo y no se figuran cómo lo agradezco.
(Espero no haber lucido mi ingenio ante los tres militantes. Tan estrictos ellos, ay. ¿Y si escribieran de uno en uno?. ¿O son trillizos? ¿Militantes de qué? )
Provocando siempre este perogrullo, fraile o monja. Luego, que no se queje.