La historia no es nueva pero sí extrema. Según la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, 25 personas “dependientes” que habían solicitado a la Junta la ayuda que legalmente les correspondía, han fallecido al día, de media, en nuestra comunidad autónoma antes de recibirla. Pocas infamias comparables con ésta, a pesar de la renta política que el negocio de esa “dependencia” ha proporcionado durante muchos años a sus gestores. ¿Cómo un gobiernillo puede ser tan tramposo y cómo ha podido pasarle inadvertido ese drama a una Oposición que cobra hasta por levantarse? Lo curioso es que ni se plantee la eventual responsabilidad de unos administradores tramposos que en el ámbito privado darían con sus huesos, probablemente, en los tribunales.