Para añadir a nuestra teoría de que si el mejor remedio contra un problema difícil es una comisión de expertos, el ideal para uno insoluble es una “hoja de ruta”. Y nada les digo ya si provocamos la sinergia entre la hoja de ruta y el fax, como está haciendo la Junta de Andalucía en su estudiada estrategia para aburrir a los trabajadores amenazados por la explosión de Astilleros, a los que, vía fax, precisamente, les ha modificado la “hoja de ruta” otorgada diez días antes. Son las formas informáticas de la tomadura de pelo que el lunes les van a servir para poco cuando se les presente en la puerta la murga de los currelantes.