Dicen que para ser una ‘nación’ en condiciones lo que necesita un grupo humano es un ejército y una moneda. Vascos y catalanes, las comuneros “primera” en este Estado cada día más desigual, han descubierto una variante: lo imprescindible es disponer de una policía mandada y, a ser posible, también de una Justicia local. Andalucía va a tener de todo en la letra de su nuevo Estatuto, pero en la realidad seguirá, al parecer, manteniendo pacientemente sus carencias hasta que Madrid lo disponga y al partido le convenga, como acaba de demostrar Chaves una vez más al renunciar por tercera vez (2001, 2004, 2006) a su compromiso de conseguir para la comunidad una policía autónoma durante la legislatura. Eso sí, sobre el papel, que todo lo soporta, tenemos ya exclusivas tan improbables como la que nos atribuimos sobre la gestión del Guadalquivir o el cuidado del flamenco y hay consejera que no se ha cortado al pedir un TSJA con “sensibilidad andaluza”. Lo que habrá de esperar será la guardia andaluza. Chaves no podrá pasar revista a sus tropitas como Maragall ni falta que hace.