Mal debe de andar la cosa para que el ocupadísimo ZP se baje al moro de Huelva, decíamos antes del mitin del sábado, y añadiremos tras él que hay que tenerla dura para venir hasta Huelva a prometer lo que ya han prometido tropecientas veces y no hace tanto que decidieron demorar con todo lujo de explicaciones: la traída del AVE y el desdoble de la Nacional 435. ¡La chistera vacía! Ya es cutre venir un mes antes de las elecciones para subir a una candidata que no acaba de romper al estribo de ese tren, pero si cabe más lo es recuperar el proyecto archivado del desdoble que ha supuesto, durante años, tan grave castigo para la población provincial como el propio PSOE se encargó de enfatizar cuando iba a repartir panfletos al semáforo de Beas. ZP ha echado una mano, pero una mano vacía, y en ese gesto no hay más remedio que ver, por encima y por debajo de su descarado oportunismo, la fragilidad de la candidatura a una alcaldía que han perdido ya tres veces seguidas y no es verosímil que la ganen con trucos de repertorio tan despreciativos para los sufridos onubenses.