Los griegos han sacado los pies del plato comunitario y aquí ha sido Troya. Se han desplomado las Bolsas, han galopado los mensajeros, los próceres se han mesado las barbas o rasgados las vestiduras, y hasta la gente –esa ciudad alegre y confiada que acaba de volver del superpuente de Tosantos para gastarse la calderilla abarrotando nuestros bares– empieza a mosquearse con lo que ya no parece una conjetura meramente especulativa sino una amenaza hecha y derecha. ¿Por qué nos ha de afectar a los demás el crac de un pueblo que, por lo demás, se lo ha buscado a pulso durante decenios? ¿Qué nos va ni nos viene a nosotros con que los griegos paguen ahora sus facturas en euros o en dracmas resucitados que más bien serán zombis monetarios que otra cosa? Pues mucho, cómo dudarlo, habida cuenta de que la UE es un delicado jarrón común al que una pedrada de esa puntería lo más probable es que hiciera añicos, lo cual quiere decir también que no son sólo los griegos morosos y corruptos los culpables sino quienes se empeñaron en meterlos en éste que ya va siendo un berenjenal, a sabiendas de que encontrar una cuenta bien cuadrada en la Grecia de los Papandreus y los Karamanlis sería como tropezarse en el camino con la lámpara de Aladino. Pero ¿por qué tanto miedo, cómo es posible que las grandes potencias no reaccionen y, sobre todo, que el propio Sistema haga el juego a esos trampeos aprovechando para llenar la buchaca de unos pocos a costa de todos? Me tienta la doctrina del “capitalismo del desastre” que Naomí Klein explica con el argumento de que es el propio Sistema –los políticos ya sabemos que son sus meros palanganeros—el que patrocina la estrategia del terror, tal como los psiquiatras de los años 40 (y algunos actuales) hacían echando mano del electroshock. El shock es el instrumento más útil para conseguir la obediencia del gentío. Nada como el miedo para bajar la guardia y abdicar de la propia razón. La Klein vislumbra tras esa estrategia lo que llama “capitalismo del desastre”. Y a ver quién la contradice con lo que estamos viendo.
¿No ven que hemos llegado a un punto en que el trabajador exprimido agradece el exprimidor, en que los mileuristas se dan con el canto en los dientes y la inmensa mayoría se conforma con que la cosa no empeore? Ha dado resultado lo del shock, sin duda, como lo daba –otra cuestión es a qué precio—la sesión de tortura en los viejos manicomios. Y puede que los griegos –que hace siglos que no entienden a sus clásicos– se hayan salido del guión. Me gustaría escuchar a Sócrates en la plaza Sintagma pero aún más, para qué engañarles, lo que pudiera decirnos Aristófanes en la cumbre del Areopago.
Grecia nunca debió entrar en el euro y quizás ni en la UE. Grecia entró en el euro a base de cifras falsas bien conocidas por los mismos que lo autorizaron.
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El electroshock se sigue utilizando en la actualidad como terapia eficacísima, y como tortura solamente en las películas.
Como castigo o tortura usan duchas de agua fría o muy caliente.
Un compañero mío murió achicharrado en la ducha allá por los años 70.
Llevan razón quienes dicen que este problema no es tanto de Grecia como de Europa. Si supiéramos lo que de verdad es Europa, si conociéramos sus competencias reales y sus derechos y obligaciones, no ocurrirían estas cosas.
Yo no tengo tan claro esdo de que «los dejaran» entrar a sabiendas de la trapacería de sus cuentas. Ya veremos que ocurre aquí cuando haya que cuadrar las nuestras. Y en cuanto a lo del electroshock, querido don Griyo, hay oponiones muy diferentes entre los profesionales y desde luego que no es ningún placer ni siquiera una leve lolestia sino que implica algo más fuerte. Dios nos libre, Don Griyo.
¿De veras se siguen utilizando los electos hoy en día? Creía que ese procedimiento bárbaro había sido abandonado hace años…..
Lo que nos pasa hoy es «normal»: hemos construido unicamente la Europa de los mercaderes, la de la finanza, de la economía,( lo que separa porque cada cual tira la manta a sí), vacia de toda cultura, de toda historia común.
Besos a todos.
Para lo que ha serbido el reton de Papandreu ha sido para revelar hasta qué punto todo este montaje de la UE y de la zona euro está en el aire. Tengan en cuenta que Grecia no representa más que el 2 por ciento del PIB y su población es un puñado en medio de 500 millones de europeos. Grecia es un país más corrompido si cabe que los nuestros, porque allí llueve desde hace mucho, lo mismo con los Papandreus q
Para lo que ha serbido el reton de Papandreu ha sido para revelar hasta qué punto todo este montaje de la UE y de la zona euro está en el aire. Tengan en cuenta que Grecia no representa más que el 2 por ciento del PIB y su población es un puñado en medio de 500 millones de europeos. Grecia es un país más corrompido si cabe que los nuestros, porque allí llueve desde hace mucho, lo mismo con los Papandreus que con los Karamanlis, por supuesto, y vayan ustedes a saber si también con los coroneles que presidió el rey Constantino.
El electroshock, don Eleuterio y doña Sicard, se da desde hace muchos años bajo anestesia. Se informa a la familia pero no al paciente. Lamentablemente tengo bastante experiencia con enfermos mentales.
Una coilumna que nos parece interesante por varios conceptos, aunque nos divierta más su contenido en alusiones cultas. ¡Y también, por qué no, la evocación de la Plaza Sintagma y del Areopago! ¿Hemos superado el incidente gruiegfo, era todo una filfa politiquera de Papandreu buscando reunificar el desorde partidista incluso dentro del PASOC? Ya veremos pero una vez más quien nos ilumina es el doctor Pangloss con su mentario, que suscribimos las cuatro aprovechando el «segmento de ocio».