Lleva razón Javier Ortiz –y lo raro es que en este país tan costero no se haya escuchado esa protesta más que en raras ocasiones—cuando dice que a ver si se enteran de una vez las autoridades de que ni las pateras son pateras ni los cayucos, cayucos. No lo son, desde luego, como sabe cualquiera que haya vista alguna vez una patera o, cuando menos, se haya tomado el trabajo de consultar el Diccionario de la RAE, pues por ambos caminos se llega a la conclusión de que esas embarcaciones carecen de quilla, es decir, tienen un fondo plano que no es el caso de las que salen en el telediario, ni tendría lógica que con esa configuración fueran capaces de hacer travesías tan exigentes como las que, por desgracia, se ven obligadas a afrontar. Queda claro, pues, ni pateras ni cayucos, y quede al mejor criterio de náuticos y gramáticos adoctrinarnos de una vez sobre la denominación apropiada de esos ingenios, aunque mucho me temo que la autoridad no está demasiado preocupada, y le sobra razón, con ese tema terminológico. La autoridad anda dividida, eso sí, entre la imagen tonitronante de la vicepresidenta del Gobierno y el pamplineo ése del proyecto de campaña disuasoria que, a quién se le ocurre, parece que es todo lo que al Gobierno se le ha ocurrido una vez en la certeza de que la invasión migratoria no va a pararla nadie sino que va a crecer cada día que pase, llueve o ventee, con mar gruesa o calma chicha. ¡Una campaña disuasoria en Senegal! Uno daría algo por enterarse de cómo ha surgido la idea de ese descomunal disparate que si para algo sirve es para orientarnos sobre la temeraria insolvencia de unos responsables que no tienen ni la menor idea de qué puede hacerse para atajar un fenómeno que, no nos engañemos, no se ha producido de ayer para hoy sino que viene anunciándose a sí mismo desde hace años y de modo creciente. Y más todavía, por saber en qué va a consistir la campaña, si es que llega a organizarse en serio alguna vez, que lo dudo, en una sociedad que malvive en régimen de subsistencia y acosada lo mismo por el fantasma de las feroces guerras regionales que por la hambruna crónica o la epidemia galopante. No son más tontos porque no se entrenan, me dice alguien. Ya me dirán cómo le llevo la contraria.
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Insistiré en que el tirón migratorio, la ilusión del paraíso es indisociable de la autopropaganda de las sociedades mediáticas, de la promesa virtual de un edén seductor en el que la lucha por la vida hace tiempo que habría fraguado su armisticio y en el que, de creer en los mensajes de la tele, los coches poco menos que se regalan, los créditos cuelgan maduros del árbol del Bien y del Mal y las broceadas muchachas se desnudan para cruzar la piscina hasta donde las espera un varón fragante a la última colonia. ¡Enseguida van a convencer a esas masas en buena medida tribalizadas aún, analfabetas en su inmensa mayoría, hambrientas y ociosas, de que en el paraíso imaginario van a estar peor que en su infierno real! Hombre, alguien se pondrá las botas con la campañita, eso por supuestísimo –como dicen la ‘basca’ y el ministro de Interior– pero daría algo por asistir a alguna de esas sesiones que ni se me ocurre cómo ni dónde lograrían organizarlas en esos países descoyuntados por la necesidad y explotados por las oligarquías locales socias de Occidente. No se me ocurre, en fin, qué podrán decirle al deslumbrado televidente africano para convencerlo, a estas alturas, de que toda esa propaganda nuestra es más bien falsa y de que aquí, mal que bien, va a estar peor que en su patria imposible. Anden, vayan a Senegal con la pizarra a ver si pica alguien y luego nos lo cuentan. Pero mientras tanto el Gobierno habrá ganado tiempo aunque la avalancha siga y la tragedia no se detenga. La política es el arte de lo posible. Nunca una jodida idiotez resultó más ilustrativa de una realidad.
Definitivo: no son más tontos porque no se entrenan. A lo mejor nos han tomado por tontos a nosotros. Lo de la campaña en Senegal quedarña para los restos.
Prueba incotestable de falta de imaginación política. También de imorevisión sobre un problema con el que han hehco partidismo (recuerden las polémicas sobre la legalización) hasta hace bien poco. Sugiere gm que alguien puede llevarse un pellizco y es probable, pero coimo buen conocedor de esos ambientes no dice que ésa sea la razón principal del «disparate». Escuchar ayer mismo al Pte. pronunciarse contra la inmigración ilegal fue un escarnio. La desaparición del ministro de Trabajo en esta polémica una elocuente ilustración.
(Cuestión previa. O precedente. Tenemos en la plantilla de este blog al cura con más clase y más cintura de la Red. Proclamo).
Hablando de negritos, gambianos, senegaleses, nigerianos, mauritanos o vaya usted a saber. Me hago varias preguntas, ya que para los interrogantes que plantea el Maestro no hallo respuesta.
La uán. ¿Qué porcentaje de esa población recién llegada, insolvente, indocumentada y pobre lleva nuestro -nuestro, don Juan, mal que le pese- Gobierno al paisito ese que habla con kas y erres, el de las narizotas y los cabezazos a las piedras, el que ya mismo será una estrellita en la bandera azul europea?
La túo. ¿Quién es quien esclaviza primero a los recién llegados, sino sus propios compatriotas, una vez asentados en hispana tierra y con sus redes de venta de falsificaciones y productos ilegales?
La zri. Si en los mal llamados cayucos y pateras -tiene toda la razón el Maestro, servidora salió alguna vez a la ría en una paterilla en busca de la mojarrita- prácticamente sólo vienen hombres, ¿de dónde sale esa legión de muchachas de chocolate que practican la propia, o por cuenta ajena, esclavitud sexual en las cunetas de los polígonos industriales y en los extrarradios?
La for. Por cada negro -seguramente es políticamente incorrecto llamar negro a un negro, pero una es así- que ustedes vean en un andamio, en un cultivo bajo plástico o en un chiringuito asando espetos, ¿a cuántos negros ve usted por las calles capitalinas, ociosos, con excelente aspecto, bien alimentados, con aire de lo más saludable, vestidos con camisetas y gorras de marca, con cadenas de lujo al cuello y contoneándose al andar? ¿Todos son chicos de las páginas de relax al final del periódico?.
La faiv. ¿Por qué nuestra estricta vicepresidenta no se pone el modelito floreado e indigenista -ya que todo le sienta tan bien, o a ella se lo parece- e incluso nos echa unos pasitos de baile afro como ya hizo, siempre que vaya a tratar de estas cuestiones, ora en las telesuyas, un porrón, casi todas, ora en los salones europeos, ora en los parlamentos o gobiernos de esos países que nos largan el material?
Aún se me queda alguna otra preguntilla en el énter, pero vamos a dejarlo así.
Ahí tienen los efectos los que querían papeles para todos, más los que negaban que ello produjera «efecto llamada». Las proclamas y fervorines de ZP y doña Vogue, pura filfa: de sobra saben ellos que de lo que se trata es de que, como señala gm, no tienen ni idea de qué hacer. Micho «matri homo», mucho prohibir el tabaco, mucha fosa reabierta, pero en los grandes problemas, ni idea. Gm lleva razón y el que le dijo lo que no son más tontos porque no se entrenan, más todavía.
Si cualquier de nosotros ve a la duquesa de Alba con un volso de Vuiton comprado a un manetro (por lo general negrata) no pensará que es falso, eso jamás, sino que lo dará por auténtico. Lo digo para añadir a lo dicho por doña Episabientísima que mucha de esa «mano de obra» barata es contratada de tapadillo por las propias empresas grandes, y en e4ste caso no me extrañaría que se tratara de bolsos efectivamente fabricados por una gran marca pero destinados a un consumo menos pudiente. ¿Si no por qué iba a ser tan tlerante la poli con los manteros? Y aparte, ¿han visto ustedes de cerca alguna vez una de esasd falsificaciones? Pues háganlo, caso de que no, y comprobarán lo rpobable que es mi tesis, alguna vez apuntada en la columnba por jagm.
¿Dónde está Caldera, el ministro del ramo? ¿Qué tiene que ocurrir para que de la cara el ministro al que concierne enfrentarse a esta oleada que nos inunda? Me adhiero a algo anterior: este Gobierno no gobierna fuera de cuatro pijerías progres. Como le falle la gran baza del «proceso de paz» –y hoy el secuestrador Otegui desafía una vez más al presidente que lo calificó en su día de «hmbire de paz»–, veremos que ocurre con un país en el que entran diariamente cientos de personas sin recursos y pronto puede que miles.
Lo de la «campaña» es de traca, cierto, pero ¿han visto/escuchado el silencio/apagón informativo que al respecto ha mantenido el tinglado psoético? Aquí no pasa nada, aunque ni ellos sepan qué hacer con lo que pasa. Pero hay que aceptar, con el jefe, que la idea de ir a Senegal a desmotivar a los desesperados tieen guasa, Ayer mismo comentaba una tele que existen direcciones en la Red donde se instruye a los aspirantes africanos y se les ofrecen procedimientos para la entrada ilegal. Una de ellas les asegura que nada tiene que temer ya que serán bien tratados, se les otrogará ‘de facto’ la residencia, serán trasladaos en avión a la península y comerán «pagado por Zapatero». Qué gran lídre se está perdiendo el África profunda. A nuestra costa.
Miren por donde: a los EEUU no se les había ocurrido hacer campaña en México para disaudir a los «espaldas mojadas». A Italia tampoco para desanimar a los medio náufragos que le manda Libia o que escapan de Albania. A la portpia UE, en especial a Francia, menos aún. Qué listos somos, jolín. ¿No fue Guerra con una pizarra a explicar en Moscú –al jefe del kgb entre otros– cómo se pasaba de la dictadura a la democracia. Ahora que acabo de leer que reclama con otros amiguetes la revisión de los procesos de Vera, lamento que no se quedara allá y nos dejara en paz.
Me parece una idea brillante la que propone jag: querríamos ahora convencer a los desgraciados del T. Mundo, de que la propaganda de nuestro mundo maravilloso era una broma. Pues ira´n de cabeza quienes prtentendan algo así, porque nunca se acaba de arrancar de las cabezas las imégenes troqueladas en los cerebros por la publicidad. La propaganda de Marlboro ha dificultado más la retirada del vicio de fumar que todos los argumentos de los fumadores. Siemnpre ha habido rebaños de ciudadanos que no han sido capaces de sacudírselas: los anticomunistas de USA, los franquista lectores del viejo ABC, los felipistas de comunión diaria que se siguen tragando la rieda de molino del GAL… Es difícil dar marcha atrás una vez convencido el ser humano. Si el hambre aprieta no les digo nada.
No se enfaden conmigo, pero de dónde ha salido la cofradía de ustedes, venerables hermanos? Me lo paso cañón leyendo sus tonterías luego haber leído El Mundo, preferentemente. Ah, y no me siento tocado por sus flechas y venablos. Abur.
El problema es saber qué harán ante estav rìada, pue shoy mjismo se publica que la UE no quiere saber nada y nos deja solos ante ella, alegamndo que a nadie se le ocurre, y en esto lleva razón, legalizar de un plumazo a aquella enorme masa. España se ha convertido en el chollo de las mafias que trafican con personas. A ver quién las convence a ellas ahora de lo contrario.
Un inciso a ja. La sugerencia de que vuelva sobre el tema de la raptada Natasha una vez que veamos esta noche, a las 22 h., el reportaje anunciado en Antena 3. Sigo pensando, como en la ocasión anterior en que lo trató, que es uno de los sucesos más espectaculares que hemos vivido en muchos años.
Enojado aún con la arbitrariedad identificatoria de alguna bloguera, me asomo para solidarizarme con la opinión dominante sobre la relaicón causa/efecto entre la legalización masiva de Caldera/ZP y lo que está ocurriendo. No digo yo que esta marea no hubiera acabado por venírsenos encima pero sí que aquella barbaridad lo hizo posible y, seguramente, adelantó en años lo que Rubalcaba llama ahora «la rebelión pacífica de un continente».
Me he divertido mucho con las ocurrencias de doña EPI, pero me no su comentario sobre los negros atavuadis con lujo que parece que sugiere que son todos proxenetas. Yo veraneo en Marbella dos meses al año y voy muchas durante el resto (estoy prejubilado) y le aseguro a la doña que allí también podrá ver mucho joven lujoso, no necesariamente negro, cuya profesión cualquiera sabe cual será. Como la leo con tanto interñes por debajo de su humor refinado, me permito el toque.
Un aspecto que nadie trata es el de la responsabilidades derivadas de este fenómeno tremendo, que no se agitan como es lógico, en la criminal de las mafias. La UE le echa en cara a España, a su Gobierno, actos jurídicos que, según ella, son la causa de la oleada. Bien, pero ¿qué se hace ahora, cómo se para lo que, como alguien decía arriba, nadie va a detener ahora con discursitos? ¿Qué hacer con los menores (mas de 1000 sólo en Andalucía)¿ ¿Por qué ha de pagar el contribuyente, sin compensación alguna, ese disparate del Gobierno? Si al menos hubiera habido algún cese podríamos entender algo más, pero, ah, es que habrái que cesar no sólo a la señora ésa que dirige el negocio de la inmigración, sino al ministro y… al mismísimo presidente Zapatero. Hay que abrir el debate de al responsabiliadd, sobre todo de las futruras, porque ahiora ya se sabe lo quen de sí esas atolondradas experiencias brindadas al sol.
Zapatero habla, por fin, de una inmigración razonable, a la medida de las necesidades del mercado de trabajo (qué horroroso concepto), menos mal, pero sólo ha caído en la cuanta cuando el mal ya está hecho y la avalancha no hay quien la pare. Es una vergüenza que haya hecho falta el actual susto para pensar en calcular seriamente cuántos trabajadores necesita de verdad el mercado, y comprender que todos los demás van derechos al delito o a la miseria.
Casi me ha quitado el tema (esto ocurre por aguardar a estas horas para colgar el comnentario) doña Virginia. Muchas veces me he preguntado quñe tiene que decir ese sector del mercado que se beneficia de la inmigración, y más que de ninguna de la indefensa que es la ilegal. Porque aquí se habla de la inmigración ilegal como si hablaramos de algo que sucede en otra galaxia o, al menos, en un país remoto o ciudad inabarcable, cuando la realidad es que El Egido, los pueblos freseros de Huelva, incluso los «barrios de concentraciòn» de Madrod y Barcelona no son tan grandes. A Valencia, por aquello de fastidiar al PP, se han enviado cientos de «sin papeles». No me digan que Valencia, Huelva o Almería son tan incontrolables paar este Estado no poco opresor.
Pero, hombre, mi dilecto Emérito, no me diga que es usted tan primo como para plantear el problema con tan buenísima fe. El Gobierno sabe mal cuántos entran, epro conoce muy bien a dónde los manda una vez «interceptados» –bello eufemismo humanitario/prigresista–, lo mismo que sabe al dedillo a qué se dedican y cual es su peso real sobre la delincuencia. Si actúa como si no lo supiéramos es para que almas cñandidas como la suya pique y, a ser posible, lo voten en las príximas convencidas de su talento político.
Lo que sí está consiguiendo el Gobierno es que la imagen de la inmigración sea negra betún: África hambrienta, continente rebelado pacíficamente, etc. Pero ¿cuántos inmigrantes sin papeles entran a diario procedentes de América o Europa del Este, últimamente incluso de Palestina? Es curioso y triste que las quejas se dirijan a la inmigración negrata, no a la aria, que por otra parte, rara es la familia que no aprovecha en casa para cuidar al abuelo o para economizar algo el coste del servicio doméstico. Mucho cinismo hay por ahí, y no sólo en la esfera política.
Doña Epi, estupenda, como siempre, y estos últimos comentarios de lo más realistas. ¿Pregunbtaban dónde paraba el ministro Caldera? Hoy bha salido en la tele y, para lo que dicho, mejor que hubiera seguido alimentando la leyenda del fantasma.
No ha dicho el señor Valmoral que la «aparición» ha sido en el Congreso donde la diputada Ana Pastor, que cada día madura políticamente además de haber sido la gran ministra que fue, le ha dado más fuerte que a una estera. La cara de Caldera era un poema y la dureza de Pastor tremenda. Qué lástima que el PP no se decida a sustituir a su gastada galería por personas con credibilidad como Pastor, que le ha recordado al ministro lo que cuesta la inmugraicón. Ya está bien de hablar sólo de lo que produce y beneficia el trabajador inmigrante. Bien echadas las cuentas (educación, sanidad, seguridad y demás capítulos) no deben ser tan fantásticas como algunos cuentan a veces, incluyendo al titular, nuestro don jagm cuando le sale el ramalazo sesentayochista.
Discutible teoría la anteriormente explanada por un colega sobre la responsabilidad, pero interesante. Llegará el momento en que no quede otro remedio que descubrir el pastel y decir la verdad que no es otra sino que este Gobierno ha tratado de invertir el trabajo del anterior, cayera quien cayera. Lo de la campaña en Senegal, de traca. ja le ha sacado partido a lo que lo estaba pidiendo a gritos.
Ya habrán observado el volantazo que le UE ha forzado a dar al Gobierno. Lo que la ViveVogue dijo el otro día de viaje nada tiene que ver con los truenos (jagm) que tronó aquí después, como nada tienen que ver ya con el «talante» del «tos pa dentro» el descubrimiento de Zapatero de que una cosa es la inmigración legal, justa y necesaria y otra el choteo de la riada de inmigrantes promovido por las mafias.
Echo de menos alguna defensa del Gobierno de España, alguien que diga que ninguna culpa tiene Zapatero de que se le venga encima un continente, por lo menos una voz a favor suyo. No porque disienta de lo que aquí se lleva dicho sino porque creo que todo no puede ser malo ni siquiera en Zapatero.
Yo misma. Aquí tiene una voz a favor de Zapatero, y que no se cabreen los sapientes de este blog porque ZP, como dicen ellos, ha hecho garndes cosas, cosas que no podíamos ni imaginar, en muy poco tiempo. Así que ahí queda, don o doña Vulnerable, y gracias por la ocasión que me brinda.
Desde luego, maravillosas si que han sido algunas, mi doña zumbao, empezando por el matrimonio homo, figúrese qué maravilla en el sentido más viejo de la palabra. Quitar del tabaco por la fuerza (que ya veremos en què queda el pulso, que ésa es otra), ya ve qué proeza política y socialista, también valdría como ejemplo. Sentarse al paso de la bandera que, imperislista y todo, nos libró de los nazis tras habernos librado del Kaiser. Ponerse el pañolón palestino el mismo día en que la ONU trataba de poner paz en el conflicto. Mandar a «Pte.» (Cesid) a apoyar al looc Amadineyah de Irán y sus bombas atómicas. En fín, cosas maravillosas, qué duda cabe. El matrimonio, pareja de hecho o lo que sea, de los srs. Zumbaos podría ironizar con mejor motivo. DE todas maneras, ya ve que aquí nadie protesta, cosa que no ocurre en los medios del gonzálezpolanquismo nacional (Jz. Losantos). (Y cuidado, yo oigo Onda Cero, de momento).
¿Somos conscientes de la barbaridad que supone la reforma de la Ley de Universidades que ha aprobado el Gobierno que preside el Sr. Rodríguez Zapatero?. Fijénse de donde vamos a partir: http://wonkapistas.blogspot.com/2006/09/rankings-mundiales-de-universidades.html, y lo fácil que va a ser que bajemos todavía más. Esta es otra de las «grandes cosas» que va a hacer este Sr.
me parece que confundes quillq con orza