De todo cuanto revelan las últimas encuestas (algunas de ellas debidas a instancias íntimas de la Junta y su partido) quizá no haya un dato más elocuente que el “aprobado” de Javier Arenas por parte de los encuestados. De una oleada a otra, en apenas unos meses, tanto han cambiado las perspectivas que así, como quien no quiere la cosa, la mayoría que “suspendía” al líder conservador arrastrada por la eficacísima campaña de desprestigio a que lo han sometido, lo “aprueba” sin reservas. Ha dejado de ser tabú para la sociología electoral –siempre un poco timorata ante los tópicos—la hipótesis de un vuelco político en Andalucía. La rehabilitación de su líder por parte de la opinión me parece lo más significativo que se desprende de esos estudios.