Andalucía no vale un pimiento para sus políticos: ahí tienen el voto unánime de los diputados de la izquierda a favor de un Estatut que –según alguna fuente habitual de la propia Junta de Chaves—perjudicará gravemente los intereses de nuestra comunidad. Ni un pimiento, ya digo. A ver cómo podría extrañarnos que, en esas condiciones, la defensa del patrimonio cultural le importe una higa a nuestros gobernantes, capaces de “negociar” con un coleccionista clandestino, como hizo la hoy ministra de Cultura siendo consejera, o de dejarse robar unas vigas históricas de la Mezquita cordobesa que van a ser subastadas en Londres. Puestos a hacer extravagancias aquí se permite a la piqueta ultramoderna entrar a saco en un monumento como el palacio de San Telmo con tal de arreglarle un apartamento al Presidente y, de paso, se canoniza el “toro de Osborne” pero tan mal que el TSJA primero y luego el TS han debido corregirle la plana a una consejería que no sabe lo que trae entre manos. ¡Dos leyes de Patrimonio y nos roban a manos llenas! Cierto es que los expoliadores cuentan con una Junta que es contribuye al disparate acaso más que nadie.