Intolerable las declaraciones de Barrero tratando de relacionar la catástrofe de Marbella con el Ayuntamiento de Huelva, los mangazos marbellíes (de los que su partido sabe lo que sabe) con un plan tan público y manifiesto como el proyecto del Ensanche. Eso de las “barbas del vecino” que ha dicho es una infamia, no sólo porque sabe que carece del menor fundamento, sino porque lo dice alguien a quien el propio Chaves hubo de pararla los pies en un macropelotazo –el de Punta Umbría—no antes de que mandara a su casa al delegado de Medio Ambiente por el solo intento de hacer cumplir la ley. El PSOE de Huelva se está radicalizando en términos que ni siquiera explicarían su desconcierto ante la aparente inexpugnabilidad de la alcaldía de la capital, es decir, de su máximo fracaso. Pero aunque sólo sea por la mínima dignidad sin la que la política es puro filibusterismo, alguien debería llamarle al orden.