Los chicos extremados de esta era tan complicada inventan unas cosas terribles. Una de ellas es el “happy slapping” que ustedes están hartos de ver aunque tal vez algunos no asocien esa expresión a su horroroso contenido que es, ni más ni menos, que el deporte de filmar las agresiones gratuitas y normalmente cobardes a que esos vándalos mimados someten a sus víctimas indefensas. Un mendigo refugiado en un cajero automático, por ejemplo, un inmigrante sin papeles dormido sobre el banco de una estación de autobuses, cualquier criatura sorprendida por los vándalos es buena para dar rienda suelta a sus instintos y liberar tal vez con tan atroz experiencia sabe Dios qué frustraciones o rencores celosa o inconscientemente ocultos. Se lincha al aislado y se filma: ésa es la nueva diversión, que en España trata de hacerse pasar como si no fuera más que una serie de incidentes o, todo lo más, una moda son trascendencia –la desdramatización es una especialidad política, como saben—pero que en Francia, por ejemplo, ha sido objeto, esta misma semana, de una dura instrucción del ministro de Educación, Gilles de Robien, que trata de liquidar el tabú en torno a esta barbaridad y plantarle cara como es debido, es decir, con la ley en una mano y el vergajo en la otra. Me preguntaba Carlos Herrera en la radio a qué atribuía yo casos como el de esa muchachita de Burgos que ha sido literalmente avasallada a pedradas y golpes por una treintena de coleguis que con ella comparten aula y tal vez pupitre, y yo no he sabido qué contestarle aparte de eso que acabo de decir sin templar la gaita: que esas cosas ocurren porque no hay autoridad, que es una cosa muy tremenda, ya se trate de desdeñar como reflejo conservata ya se mire desde la perspectiva progresista que sea. De una cosa estoy seguro y es que si el padrecito Lenin trinca a una cuadrilla linchando a una menor los manda recomendados a Siberia una temporada, así que a ver si dejamos de explotar el truco de la adjudicación reaccionaria del criterio expeditivo. Ni un hombre ni una sociedad son más libres ni más progresistas porque extremen la lenidad con la barbarie: al revés. Ésta parece ser la lección que más se le resiste a mucho espíritu libertario al menos mientras el linchado no sea su hija o él mismo.
xxxxx
Lo malo de esta tragedia es el poco tiempo que le ha hecho falta a este país culturalmente tan remolón para adaptarse como la mano al guante a esta delincuencia insospechada que, de la noche a la mañana, nos ha caído en lo alto. Un día es un niñato mitómano que, estimulado por dibujos animados, degüella con una katana a toda su familia; otro son un par de mozas en la edad del pavo que cosen a puñaladas a una compañera de colegio; y el de más allá es un grupito de inocentes criaturas que no paran hasta hacer que un compañero acosado se lance al vacío. Y todos están en la calle, por supuesto, como lo están aquellos dos que le arrancaron a mano la tráquea a un pobre trabajador que esperaba el autobús siguiendo cierto juego de rol, mientras la autoridad mira a otro lado y proliferan los imaginativos que recomiendan el árnica de los “trabajos sociales” como instrumento no sólo de expiación sino también de improbable mudanza. Ya ven, no hace falta más que importar un extranjerismo como la gente –“happy slapping” mismamente—y, hala, a tundir al pobre que, todo lo más, un buen juez nos mandará escribir unas planas o barrer el paseo. ¡Qué tristeza fatal, qué suerte de sentimiento de desamparo, el de la niña linchada y el del pobre padre entrillado entre su desgarrada amargura y las exigencias del implacable fuero de la corrección política! Verán, sin embargo, como todo queda en agua de borrajas y en un amago de regañina. Nunca entenderé por qué extravagante razón la ventaja haya de estar siempre, en estos casos, del lado del fuerte. Acaba de decir Sarkozi que hay que borrar el 68 de nuestra cultura. De lo que uno está tentado es de borrarse de este brutal neolítico con todas sus consecuencias.
Los que tenemos la suerte(?) de vivir en Andalucía, hoy podemos leer un artículo magnífico, brillante, del Prof. Alfonso Lazo en «El Mundo». Como soy incapaz de reproducirlo, pido a alguién que sea capaz de hacerlo, de copiarlo en este blog. Estoy seguro de que muchos se lo agradecerían.
Leí por casualidad tu articulo contra pepe rubianes, un actor con talento pero que no me gusta nada. Él crea,tú destruyes; ello porque eres tan mediocre que eres incapaz de crear nada. Por cierto, para meterte con Catalunya,hazlo de cara, no utilices a un español como Rubianes para hacerlo; por cierto,nosotros no utilizamos pistolas,sólo la palabra; ¿te sorprende?.
No sé ni lo que iba a comentar, pero este «pablazo» que me antecede, con su lenguaje matón y su minúsculo cerebro, me ha dejado atónita. No haga caso, don josian, aunque ya se que no suele hacerlo y que tiene probada su indiferencia. Una sola pregunta, ¿quién es ese «Pablo» que llama mediocres a los demás? No sé si pistolas, pero malas artes ya usa, ya.
Pirmero, señor Berlin, me parece un poco fuera de lugar que, sin referirse ni de pasada al tema del blog, proponga sustituirlo por otro artículo que, precisamente, es de un autor al que jagm ha elogiado en muchas ocasiones y con nque quien me consta que manteiene excelentes relaciones. Seguro que ja estaría encantado con «colgar» ese artículo, peor, hombre, un poco de cuidado con las formas.
En cuanto al teme, luego traatrñe de volver a él, con más tiempo. Es un gran asunto, muchas veces abordado aquí en tantas partes, que a mi juicio no tiene solución.
Este es un tema que se me va de la mano y del cerebro, completamente, o será que yo no lo tengo. No puedo entender este tipo de comportamiento en los jóvenes. Porque no puedo concebir los hechos tan crueles premeditados y a personas tan débiles y menos en esas edades tan tempranas.
Sé que tiene mucho que ver con el hecho de haber perdido esos niños-jóvenes el horizonte de los “REFERENTES DE AUTORIDAD”, pero ahí me quedo…
Por favor, ¡sociólogos, pedagogos, políticos, hay que hacer algo y pronto!
Cuando luego sale alguien diciendo que hace falta endurecer la mano, nos llevamos la otra a la frente, como asombrados por tamaña brutalidad. Cuando 30 nenes 30 persiguen a otra para lincharla, sacamos el papel de fumar y a mingitar con sumo cuidado. Pos vamos aviados. Si tuviéramos que estar en un aula aguantando a estos «hombres/mujeres del mañana», iban a ver cómo no nos parecería tan mal lo de la mano de hierro. Aunque fuera en guante de seda, por supuesto, que no hay necesidad de quedar mal.
Tras años anunciando la debacle, henos aquí, a enseñantes y no enseñantes, sin saber no sólo como explicar sino, complemente, como frenar la ola de brutalidad que empezó como expresión autorizada por los adultos en nombre de la libertad sin límites. Esta reacción contra el 68 a que se ha referido jagm tiene sus razones y buenas. Porque la verdad es que desde entonces se ha destruido mucho más que edificado. Ahora, en fin, a ver quién para a la basca maltratadora, sádica, que filma palizas a desgraciados y se divierte enviándola por el móvil.
Sólo aclarar que yo no soy el soplagaitas que me ha hurtado el referente en este blog, y que en este caso no es pseudónimo sino mi nombre real. Al titular del blog le pregunto: ¿tampoco en estos casos procedería «filtrar», como hacen otros, los insultos de un malandrín?
¿De qué nos sorprendemos? Estamos recogiendo la cosecha de un Código Penal de la señorita Pepis, de una ley del Menor pa jartarse de reir, de un contubernio lodelogsiano perpetrado por desertores de la pizarra, que no pensaban ni por asomo volver a tomar la tiza.
¿No han leído los derechos y deberes del alumno? Se permiten el lujazo de reirse en las propias barbas del profe y saben que van a pasar de curso, suspendiendo hasta el recreo. Luego, saben que gritando y poniendo morros les van a comprar la amotillo o la niña se va a tatuar el dragoncito justo al lado del pubis.
¿O es que ya no recuerdan a aquel Petru Arkan que vino, robó, violó, mató y no se meó en las cuencas de los ojos de sus víctimas porque no tenía ganitas de orinar? El moldavo no eligió Expaña al azar para sus fechorías. Sabía que aquí era donde le iban a resultar más baratas sus hazañas.
Los imaginativos, los de los trabajos sociales, los jueces blanditos, el buenismo imperante sin el cual eres un facha y un retrógrado, hacen que palabras como disciplina, esfuerzo, autoridad, suenen a chino mandarín.
Y no hace falta remontarse a don Ivan Ilich o al padrecito Stalin. Los excelsos regímenes teocráticos a quien tanto quieren nuestros mandamases, ya sabemos cómo las gastan. Cortan la manita, lapidan o cuelgan de la grúa por una fruslería. O el Dinosaurio del Caribe, o el venerado Ernesto Guevara que tan bien da en las camisetitas, nunca se anduvieron con chiquitas. ¿O es que el pobre Llamazares en su etapa cubanita se permitía críticas al poder, insultos a la autoridad o higas al gendarme de cuadra?
A una le queda la esperanza de no tardar mucho en morirse y a ser posible en su camita o en una de hospital con un derrame cerebral o un infarto y no de una paliza de los nuevos naranjitos mecánicos.
(Ah, “zumbao”, tron. ¿Y si fueras a pasar la ITV y te dieran pistas de por qué no te funciona la neurona? Como seas igual en lo que tú y yo sabemos, seguro que tienes un queso cuajado en cada huevo).
El tal Pablo falso, ¿no será de los que escupen, insultan, gritan, vejan, o sea, usan la boquita para discrepar. Que te metan un palo de fregona por donde te gusta, mamón).
Un gran tema, un motivo terrible, lástima el despiste del blog en el que más de uno anda mirándose el ombligo. La LOGSE, para abreviar con doña EPI (espléndida hoy, una vez más) es la culpable. Y el partido en el Poder´y quienes desde la doecncia lo han apoyado cada uno por la cuenta que le traía. Junto al lamento cabe la consolación de que estas bárbaras agresiones a profesores o a alumnos, a mendigos o a niñas indefensas, acaben por volar el bastión del buenismo zapateril y la tramoya 68 que doce el patrón que va a liquidar Sarkozi. ¿buena falta nos haría aquí un Sarkozí o, qué quieren, una S. Royal. Los nuestros son mediocres, lo preuaban dentro y fuera. El país no es que sea la Grecia de Pericles pero dsede luego ellos no le llegan a Alcibíades a la suela del ZAPATO (no se si vogen el doble sentido).
Si el art´´iculo de gm tuvo algo que ver con la decisión de anular el contrato del ese Pepe Rufianes o como se llame, enhorabuena. Pero creo que no, creo que habrá bastado con que nGallardón haya sopesado el coste que esta vez iba a suponerle el gestito progre. A los izquierdistas de toda la vida no hay cosas que más nos moleste que estos aprendices de progre que, al final, no son ni carne ni pescado. Per a los desgraciados como ese Rubianes, leña: que le pague la TV3 de Pujol y ERC/IU/PSC.
Con esta ley del Menor no hay solución que valga. Hay otros problemas, otras circunastancias además. Pero esa norma ha funcionado como un dinamizador de la irresponsabilidad del menor, es decir, de los adultos responsables.
Serénese, doña Epi, no le vaya a dar a usted hoy un patatús. Además el tono y las palabras que usa no van muy de acuerdo con la imagen que nos tenemos formada de usted. Serénese.
Sr. o Sra. «Saint Germain», mis disculpas por no haberme explicado mejor. Pretendí solamente complementar lo que hoy ha escrito nuestro anfitrión. Ayudar a enriquecer el debate, aunque algunos como el tal «pablo» lo quieran empobrecer, pero con este tipo de opiniones hay que «convivir».
Debido a que no dispongo de demasiado tiempo escribo mis comentarios cuando consigo librarme de mis ocupaciones laborales, es por eso que mis respuestas son tan poco inmediatas. En el comentario del otro día sobre «Ciencia y espíritu» le contesté (eso sí muy tarde) a su réplica.
Clave la razón que da el sr. Ropón, que sabe de qué habal mejor que los demás, supongo. No s eha hablado (algo doña Epi) de los jueces buenistas, de los psicologistas y otros istas que predican la política del guante de seda, Los mismos, seguramente, que estos días habrán apreciado la grotesca actitud de una pilicía incapaz de reducir razpnablemente (y razonablemente siginifica razanablemente) a un granuja canallesco, asesino múltiple y contumaz, como el último etarra juzgado o cualquiera de sus perdedentes en ese tabladillo que le pagamos a ETA, para que se luzca, los contribuyentes.
Leyendo este blog a veces me entero de lo que pasa en España, porque la verdad no compro periódicos españoles todos los días y no tengo tele. Acabo de enterarme de que también allí se da el «happy slapping,»y me duele darme cuenta de que en España también se dan todos los horrores que se dan por aquí. Creo que la España que quiero, la de mi corazón, la que llevo dentro de mi se aleja cada vez más de la España real: me DUELE ESPAñA.
Inocentemente, pensaba que en España los tios podían matar a sus compañeras a patadas, pero no imaginaba que unos ñinatos podían filmar las palizas gratuitas dadas a victimas indefensas. Yo todavía estaba con la imagen del «niño rey» que insensiblemente se volvía un muchacho responsable, la importancia de la familia, nucleo «estructurante» y un largo etc.
¿Cómo explicar estos actos? Todo un conjunto: total pérdida de respeto al otro, falta de principios morales, falta de ideal o peor ideales pervertidos, propiciados por la demisión de los adultos, el mal ejemplo de la tele,y permisividad para todos los avasalladores, ejemplos de amoralidad que viene de alto etc.: totalmente de acuerdo con Don Jose Antonio, insistiendo en la pérdida de valores humanos, de reglas morales.
Lo que me desespera es que esta evolución era previsible: las mismas causas producen los mismos efectos. Observando lo que pasaba en Francia o Alemania, España hubiera podido legislar y actuar de manera más inteligente y mesurada. No lo hizo. No sólo no lo hizo, sino que creo que se han pasado de rosca: hay que ser más propre que el que más, y más socialista que todos los demás. De sto ya se habló en una ocasión.
Señores,¡ bienvenidos al club de las naciones civilizadas!