La Junta, esto es, el PSOE, o los dos, no parece que hayan calculado bien el efecto de su oposición al trasvase. No hay más que ver la unanimidad que se está produciendo, la extraña compañía de viaje que supone IU junto al Obispado pasando por asociaciones de vecinos y empresarios. Un traspiés –otro—pero éste en la recta que conduce a las elecciones, y por tanto con el riesgo cierto de que los ciudadanos de la capital vean claro en ese recurso una zancadilla para retrasar un gran proyecto urbano, más grave tal vez que la insidiosa y fracasada estrategia de la Isla Chica. ¿El PSOE contra la capital? Eso no lo dice sólo el PP, sino, hay que insistir en ello, voces de significación política muy diversa y, desde luego, nada sospechosas de contubernio entre sí. Se van a quedar solos, con Parralo metida a ménade debeladora y sin argumentos para paliar esta creciente sensación de que hacen lo que sea a causa de su fracaso ante la alcadía de Pedro Rodríguez. Huelva por encima de todo, pero el PSOE por encima de Huelva. Una mala táctica que está convirtiendo a la capital en otra Fuenteovejuna.