En un mismo día la Justicia francesa ha rechazado la demanda interpuesta por el presidente Sarkozy contra la empresa que anda distribuyendo muñequitos con su imagen junto a un lote de doce agujas para practicar vudú e instrucciones orales para acompañar el rito con improperios y expresiones denigratorias, y la Justicia española –o lo que queda de ella—ha debido absolver a los separatistas catalanes que quemaron la imagen del Rey, es decir, del Jefe del Estado, en solidaridad con otros condenados previos por la misma causa. Aquí el magistrado que presidía el tribunal ha dejado claro que le parecía “incomprensible” la actitud del fiscal al pasar sin solución de continuidad de la consideración de delito (única que compete a la Audiencia Nacional) a la de simple falta, o lo que viene a ser lo mismo, a la exoneración práctica de responsabilidad para futuros pirómanos de la realeza. Allá, en Francia, Ségolène Royal, siempre al quite y nunca recuperada de su derrota, se ha apresurado a esgrimir el socorrido argumento de la libertad de expresión aplicada en este caso a los practicantes de esa macumba. Los demócratas americanos, por su parte, han ahorcado en efigie a Sarah Palin aprovechando las carnavalescas de la noche de Hallowen tal como en muchos países islámicos (y no islámicos) se ha venido haciendo con la imagen de los Bush desde la primera guerra de Irak. Se está quebrando, al parecer definitivamente, el resto de sacralidad que pudiera quedar en la noción del Poder cuya función simbólica, al margen de los abusos, que los ha habido, ha prestado no pocos servicios a la convivencia ordenada. Pero hay, al mismo tiempo, en esas actitudes algo clamorosamente primitivo, una vuelta a la racionalidad mágica que pretende conseguir, en el procedimiento sublimatorio del sacrificio del líder, su daño y eliminación. Porque pase lo de esta majada cimarrona, pero ver ceremonias vudú en la culta Francia no me digan que no resulta no poco estrambótico.
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El problema podría estar en que todos regresáramos a la vez al neolítico y nos pusiéramos a incinerar o a colgar de una viga a los líderes que nos incomodan, porque la verdad es que no quiero pensar lo que ocurriría si a estos o a los otros les diera por quemar en público las venerandas imágenes que cada mesnada tiene en su santuario, o simplemente, si se generalizara el desorden de afrentar a los barandas de cada bando incluso con un símbolo tan explícito como es el fuego. Aparte de que mucho tiene este asunto de heredado de las viejas inquisiciones para las cuales la quema en efigie era el último recurso –impotente pero vejatorio a tope—de los restos desenterrados de los discrepantes. En Egipto se mandaban borrar de las inscripciones sacras todo rastro de algunos faraones incómodos al nuevo monarca o a los propios sacerdotes, tal como Llamazares y otros cuitados proponen con vehemencia hacer ahora con los rastros de la dictadura pasada y esos descerebrados recién absueltos hacen con el mismísimo Jefe del Estado a pesar de que el Código Penal sigue siendo terminante al calificar de delito ese tipo de injurias. La magia, en este sentido degradado y burdo, es un mal sustitutivo de la impotencia y Sarko, mal que le pese a sus adversarios, queda tan a trasmano de esas supersticiosas agujas, que casi no se comprende su falta de sentido del humor al cabrearse por tan poca cosa. Dice Castiglioni, en su libro clásico sobre el tema, que fue el Estado, en su progresiva implantación histórica, el factor que acabó subordinando la magia y controlando a los magos. Quizá puede invertirse el argumento y ver en este renacer del maleficio un síntoma elocuente de la debilidad manifiesta de la organización política y social. Creo que ha dicho la Reina que menos mal que esas quemas son simbólicas. Me temo que se equivoca en el alcance real de estos autos de fe.
(No sé por qué encuentro hoy zigzagueante la línea argumentaria del Anfi. Tal vez es que me he perjudicado algo con un vinillo recién llegado a la categoría de recluta de la vinatería).
Lo cierto es que coincido plenamente con él en que el pequeño Sarko se ha pasado de frenada con esas quejas ante las puñetas, pero así mismo veo como un punto reverencial la forma de referirse a nuestro jefe de estado, ojo a las minúsculas, que no es otro sino el que designó el anterior jefe del ídem, por el sacrosanto procedimiento digital.
¿Habría la menor controversia si los separatistas -¿serán idiotas?- se hubieran dedicado a hacer candelitas con la rojigualda del pajarraco? ¿O se atreverían los referidos discapacitados mentales a hacer lo propio con una estampa tamaño póster de la Moreneta, por muy ateos, anticlericales y comecuras que se proclamen?
Sé que el Jefe es una autoridad en mitos, mitologemas y simbologías varias, pero la verdad, una servidora, desde la profunda bocamina de su estulticia, piensa que a un papel, por muy cuché que se quiera, se le puede dar fuego donde y cuando le pete al piromanito. El que se mosquea por una bagatela semejante tiene doble trabajo, el de cabrearse y el de descabrearse. Creo que la libertad de expresión está por encima de esas pamplinas.
Más consistencia tienen las cosas que dice madame de la Hélade en el libro de la opusina que se va a vender como si fuera de gala. En algunas de ellas estoy de acuerdo hasta las ingles del cuerpo y de otras discrepo hasta berrear. ¿Pero no era eso la libertad de expresión?
Huy, se m’olvidaba. Servidora está en el archivo gráfico de un prestigioso periódico por haber participado en una quema simbólica del referido papel, en un momento en que otros pregonaban ciertos hechos y el prestigioso diario los callaba como una ramera.
Eran los primeros setenta y una tenía treinta y muchos años menos. Tiemposss.
Besos a todos, el más sonoro y restallante para mi adorable madame.
ESE JEFE DE ESTADO CON MINÚSCULA, DOÑA, FUE DESIGNADO POR FRANCO, EN EFECTO, PERO TAMBIÉN REFRENDADO POR EL PUEBLO ESPAÑOL, NO SE OLVIDE. PUESTOS A MATIZAR ENE SA PLAN NO IBA A QUEDAR TÍTERE CON CABEZA.
Cada uno es dueño de su dignidad. Sarko tantro como el rey de España. cada bloguero de este sitio como le más «Grande» de España.
Lo siento pero estoy de acuerdo pleno con la visión de jagm, que no me parece en absoluro zigzagueante sino clara y frontal. Ese que se ha absuelto es un delito, nada más hay que añadir. Si no quierehn que lo sea, que modofiquen el Código Penal que hicieron entre todos en plan peña de amiguetes. gm es de los pocos comentaristas que se refiere a estos etmas de la honra (desde su republicanismo confesado) con respeto y criterio. Ojalá hubiera muchos como él.
Lo que se discute lo ha dejado claro ja y Ropón, nuestro magistrado de guardia. No vengamos con puñeterías y salvemos lo importante: el respeto a la Ley, el respeto a lo simbólico que la Ley consagra.
Es muy diferente de lo de Sarkozy y loo de la quema española, y jagm lo señala con claridad, y hasta ve en esos fenómenos una vuelta al primitivismo visceral, interpretación que me sorprende y gusta mucho. Poner alfileers a un muñeco o quemar fotos es una demostración de impotencia ante todo, pero el sentido que inerva a esas acciones dive mucho de sus actores. No digo más.
Convaleciente y cansado, ahí mi adhesión y aplauso a esta columna ejemplar por su imparcialidad , pero sobre todo por su inteligente versión antropológica. ¿No podría decirnos algo sobre las declaraciones de la Reina, don josian?
No se lo ponga tan difícil, padre cura, que ése es tema peligroso. Aunque confieso que a servidor también le gustaría su propuesta.
Gracias por su cariñoso saludo doña Epi, al cual correspondo, con el natural afecto.
Habrán ustedes todos comprendido (por la ñ) que estoy de vuelta a mis lares…. y que vuelvo a mis antiguos vicios.
No sé lo que dirán de la Helade pero no me extraña que ella haya dicho que «menos mal que esas quemas son simbólicas», porque creo que ella lo ha visto venir de chica y no creo que sea tonta. Su » menos mal», más parece una encantación que una observación,…ya que estamos en el pensamiento mágico, allons -y a fondo.
A mí me da que el pensamiento mágico es de todos los tiempos, pero que a veces para en «eso», en el símbolo, y otras deja de serlo para pasar a ser de vero. Revueltas y quemas de efigies las ha habido en muchas tierras y muchas épocas, y no siempre ha corrido la sangre. En lo que si estoy de acuerdo es que, de seguir así las cosas, bien pudiere ser que los males fuesen peores, porque cuando se pierde y el respeto y el miedo ¿qué queda? Nada .me temo.
Besos a todos.
Respecto al tema de fondo ( que tan a menudo bordeo porque qué se le puede añadir a lo dicho ) estoy a 100 por 100 con don Ropón.
Mis respetos a todos, y un beso a quien quisiere.
Doña Epi, me encanta su nuevo pseudónimo. Por una vez atinó usted con su «nic»: es usted un Epaminondas redivivo.
Besos
No, por fa, por fa.
Ya quisiera yo estar a la altura del polvo de los coturnos del famoso don Epa. Si acaso yo sería una ilota algo idiota. Como una gaviota. Quien firmó con ese nik sabe más que yo de historia y de todo.
En cuanto al refrendo monárquico que dice el GRITÓN de mi don ¡VICENTE!, es más que sabido que fue un trágala para servilones. Y seguimos tragando.
El Penal, como afirma mi respetado y admirado don Ropón, se ha convertido en un juguete que va a pilas, a resorte o por fricción, según anuncien los mapas del tiempo (pasado).
Le deseamos, padre Cura, y estoy segura de ser portavoza del casinillo en pleno, pronto y feliz restablecimiento.
COMENTARIO LA OPOSICION TIENE COMO OBLIGACION VULNERAR TODA DECISIÓN DEL MANDATARIO EN EL PODER, ASI QUE COMO JAQUE POLITICO, TODO APOYO A CUALQUIER ACCION QUE DAÑE O MENOSPRECIE AL LIDER SERA BIENVENIDA POR LOS QUE ANHELAN ESE ROL Y PERMANECEN OBLIGATORIAMENTE EN EL SILENCIO DEL PODER ESPERANDO A QUE ALGUN DIA ALGUIEN SE ACUERDE DE ELLOS Y LOS SAQUEN AL ESCENARIO PUBLICO, ASI QUE CUANDO TIENEN LA OPORTUNIDAD DE ARMAR JALEO, ALLI QUE VAN ELLOS CON SU EJERCITO DE LEGIONARIOS CACEROLEROS A ARMAR LA DE SAN QUINTIN. UN SALUDO DON JOSE ANTONIO