No me digan que no tiene delito la convocatoria del referéndum precisamente el domingo de Carnaval y las elecciones municipales precisamente el domingo de Pentecostés, es decir, el día grande de la romería de El Rocío. La primera decisión –‘drug queens’ y comparsistas posando ante las urnas, al margen– bien pude haber contribuido, siquiera mínimamente a la debacle abstencionista, mientras que la segunda –en la que tampoco faltará alguna flamenca y algún caballista papeleta en mano, ya lo verán– está evidentemente calculada por Chaves para dificultar la participación del electorado conservador. EL PP, con la moral del Alcoyano, pide que se refuerce el servicio de Correos para facilitar el voto no presencial desde la presunción, más que razonable, de que las oficinas postales de la zona se colapsarán sin remedio. Ya ven que las fechas no son indiferentes ni su elección casual. Y que la trampa no se cae de la imaginación de estos demócratas con pocos escrúpulos.