Hay que traer a colación una vez más la imprecación que Manué el del Bulto, el padre de Caracol, lanzó a la locomotora del ‘Correo’ cuando la vio entrar piafante en la estación de Atocha: “¡Ese roneo, en Despeñaperros, en Despeñaperros!”. Y la traigo hoy dedicada al “diputado verde”, Francisco Garrido, esa ‘liebre’ utilizada por el PSOE que lo creó con su cuenta y razón, dedicado ahora que vienen las elecciones a legitimarse denunciando desaguisados urbanísticos y medioambientales por parte de un partido en el poder junto al que él ha votado con disciplina espartana durante toda la legislatura. Según la ‘liebre’, “lo que ocurre en torno al urbanismo es imposible sin la Junta de Andalucía” y “el PGOU de Sevilla está pensado por el gobierno socialista para que den el pelotazo unos cuantos”. Vale, pero ¿lo va a decir ahora tras callar año tras año? Da el pálpito de que hasta esta comedia puede estar pactada con el PSOE pensando en prolongar otros cuatro años la fructífera coartada. Pero “Ese roneo, en Despeñaperros!”, hay que repetirlo. Fuera del Congreso y a estas alturas, no hace más que remarcar su perfil oportunista.
La culpa de que ese fingidos estñe donde esta la tienen istedes, los medios, por no haberlo ognorado cuando Caballos lo inventó. Si nadie huebiar hablado de él, jamás hubiera logrado un escaño. En cujanto al PSOE, conforme con Belmonte: puede que se trate de una puesta en escena para salvar la cara los dos, Garrido y el PSOE. Bien visto, jefe, muchos pensamos lo mismo.
DE DESPEÑAPERROS A LOS CERROS DE ÚBEDA.
Que alguien que se autodenomina Belmonte, y que escribe una sección llamada “ Tercio de varas” ( suerte grosera y violenta como niguna), ataque a un diputado verde es algo normal que está en la naturaleza de las cosas. Pero que además el tal Belmonte , haciendo un mal favor al reputado cartesianismo del “Pasmo de Triana”, arrolle también a la lógica y la vedad es algo que no está necesariamente en el guión del debate y que me niego a aceptar desde el silencio.
Belmonte ha arrollado la lógica cuando , incurriendo en los que los lógicos denominan una falacia analítica, argumenta como prueba de mi dependencia del PSOE , lo contrario que ha argumentado en otras ocasiones: el ser crítico. Cuando no se critica la prueba de la dependencia es el silencio. Cuando se realizan criticas es “mero oportunismo”, y vuelve a probarse de nuevo lo mismo. El resultado es que haga lo que haga ,el juicio ya esta emitido. Ningún dato empírico va a estropear el sambenito oportuno.
Vuelve a faltar a la verdad Belmonte, cuando afirma que la prueba de mi dependencia del PSOE es que en el congreso siempre voto lo que el grupo socialista opina. ¡Qué mas querría el grupo socialista¡ Le invito analizar las actas de votación del congreso y comprobará que en más de un centenar de ocasiones he votado en sentido opuesto y distinto al grupo socialista. Lo cual en si mismos no es ningún mérito pero si un dato que contraría el estereotipo que usted describe. Si ir mas lejos vote negativamente los Presupuestos Generales del Estado del 2006 ( por cierto IU y ERC votaron a favor). Daña también a la verdad cuando me acusa de haber callado hasta ahora ante la especulación urbanística y la gestión del PSOE. Cualquiera que haya seguido los medios de comunicación andaluces saben cuan falso es esto. Pero para quien no lo sepa le invito a la página web de Los Verdes de Andalucía donde podrá ver la reseña de ruedas de prensa, actos, declaraciones , manifestaciones o denuncias desde el año 2000 para acá ( http://www.losverdesdeandalucia.org).
No se si todos estos errores de Belmonte obedecen a la mala fé o a la ignorancia ( no conozco a Belmonte). Espero que sea a esto último pues tiene más fácil solución. Por ejemplo leyendo su propio periódico del 1 de septiembre donde se reconoce que mi actuación en el congreso “ va por libre”. Los Vedes no tenemos ningún pacto de silencio ni de complicidad con la insostenibilidad o la corrupción político. Pero tampoco le hacemos el juego a la derecha. En todo caso, no hacia falta citar a Caracol “el del bulto”, y acordarse de Despeñaderos para acabar saliendo por los cerros de Úbeda .
Francisco Garrido Peña