Ni una autocrítica, ni un mal argumento razonable, ni una disculpa siquiera musitada ante el incontestable fracaso de la convocatoria política. Ante la evidencia de un electorado que le vuelve la espalda sin contemplaciones, esta clase política opta por mantenerse en sus trece o por buscar la escapatoria, a sabiendas todos de que ni uno solo dice la verdad. Chaves sabe de sobra que la abstención es un revés, Arenas dice ahora que no tenía sentido lo que ayer predicaba, los de IU fingen creer en el éxito de lo que saben que ha fracasado y en lo que nunca creyeron, el PA trata de apropiarse de un ‘No’ que no hay duda de que engloba votos que van de la izquierda extrema a la derecha extrema pasando por los electores disidentes del PP, que deben de haber sido legión. Y lo peor acaso sea este cinismo justificador que tiene el descaro de sostener su postura incluso después de ver al pueblo de espaldas. No habrá entre los profesionales andaluces un colectivo más fresco y mejor pagado que estos políticos que se conforman ya con mantener las formas en su cómoda faena.