Ha declarado el presidente de AIQB, o sea del Polo Químico, entre muchas cosas interesantes, algunas algo pasadas de maraca. Siempre queda bien, se esté pensando en lo que fuere, por ejemplo, decir que no hay que ser más papista que el papa y no suele quedar mal la defensa del desarrollo sostenible en paridad con la presión sostenible, y en todos esos bretes se defiende sin problemas Gerardo Rojas. Pero cuando le tocan el tema del Ensanche se le disparan los sensores y eso no suele ser bueno. Comparar una hipotética instalación industrial en la Plaza de las Monjas con el plan urbano que trata (desde hace un cuarto de siglo, como idea de la izquierda, no se olvide) de acercar la Ciudad a la Ría, pertenece ya más bien al género “boutade”. El buen sentido está muy bien pero si se utiliza siempre y en todas las direcciones, y no sólo “pro domo sua”. Porque en caso contrario, en efecto, se muestra uno más papista que el papa y eso, como dice Rojas, no es bueno ni aconsejable para nadie, pero tampoco para él.