El traspiés del PSOE municipal , sorprendido por la diligencia del gobierno en convocar el Pleno solicitado para discutir, una vez más, sobre Aguas de Huelva, no es de recibo. ¿Por qué se exige un Pleno antes de saber que se va a decir en él, cómo sin argumentos se permite una oposición de pacotilla descalificar un proyecto municipal tan importante? Yo comprendo la dificultad de encontrar esos argumentos contra la privatización por parte de quienes se han acreditado tantas veces como privatizadores implacables, pero ni eso disculpa a ese grupo municipal de su insolvencia. Hay que trabajar antes que criticar. Puede que la hegemonía ‘pepera’ en la capital deba mucho a esta incapacidad demostrada de sus adversarios.