Sobran indicios para inferir que lo ocurrido en los comicios del 2-D desborda posiblemente el ámbito andaluz para proyectarse con fuerza sobre el paisaje nacional. Un nuevo factor conservador podría crecer y asentarse para repetir la aventura vivida por la socialdemocracia en los años 80, de modo que el ejemplo electoral de Andalucía cundiera en el conjunto de España. Lo que aumenta la responsabilidad de quienes han de decidir nuestro futuro inmediato en este terreno minado que les lega el “régimen” desaparecido. Quizá nunca dependió de tan pocos tan gran responsabilidad.