Lo importante no es, por lo que se va viendo, el agio, la corrupción, sino su color partidista. Manga uno ajeno, leña al mono; manga uno propio, manga ancha. Lo acaba de confirmar con descomunal cinismo la vicesecretaria general del PSOE María Jesús Montero a propósito del descarado saqueo que ha forzado a dimitir a la directora de la Guardia Civil, al declarar que “en cuestión de 24 horas” desde el Gobierno “convinimos” (no se pierdan la intencionalidad del término) “que lo mejor era que pudiera abandonar su puesto para poder desarrollar su tarea profesional en otros entornos”. ¡La alcaldesa de Marbella, a los leones!, aun sin prueba que valga. Con la otra, con la suya, ¡al cielo con ella! Montero ha hecho de la razón de Estado una simple e insolente muleta de partido.