Debe de sentirse sumamente blindada la vieja guardia de Canal Sur cuando pasea su parcialidad con tanto descaro como lo hizo ayer mañana en la acosadora entrevista a Albert Rivera. Ya no le ponen alfombra roja (y está muy bien) ni al Presidente, pero mantener la ojeriza contra el temido “cambio” sosteniendo intacta la plantilla de consagrados “agradaores” tampoco es de recibo. Claro que con un Consejo y una Dirección casi inamovibles, poco cabe esperar. Tan justo será compartir desde ahora el control de “la Nuestra” entre los dos socios de Gobierno, como imprescindible desmontar el tinglado partidista que mueve nuestra tv pública desde que nació. No hacerlo perjudicaría no sólo al Gobierno legítimo sino a la ciudadanía democrática que no quiere en Andalucía otra “Tebetres”.