No sé si serían de verdad 70.000 los béticos concentrados en la sevillana Plaza Nueva para exigir, en fin, para solicitar, la marcha de Lopera, ese matatías que en tiempos tuvo tan gran parroquia en torno suyo y contó con una legión –no se olvide—de entusiastas que resumían su dimisión crítica en un “Lo que diga don Manué” que es el lema más descarado y miserable que le recuerdo al caciquismo, al antiguo y al nuevo. Daría igual que no fueran sino la mitad de esa cifra –sobre la envergadura de la muchedumbre no cabe, en todo caso, duda alguna–, incluso la tercera parte, para que el hecho nos sugiriera ya la inevitable pregunta, a saber, si habría otra causa aparte del fervor futbolístico, capaz de movilizar a un gentío de esa envergadura bajo el recalmón disuasor de un anochecer como el del lunes. En todo caso, en pocas ocasiones ha vivido la capital andaluza una protesta semejante ni parece probable que fuera capaz de lograrla hoy ninguna causa social o política entre las muchas vitales y gravísimas como tenemos pendientes. ¿Irían 70.000 almas a protestar hasta la extenuación por los desoladores datos de empleo que acabamos de conocer, cabe pensar acaso que acudieran respondiendo al reclamo de los graves problemas de todo tipo que andan quitándole el sueño a esta sociedad? Sinceramente creo que no hay en este momento fuerza social o política capaz de movilizar una protesta multitudinaria y mucho menos que una manifestación como ésta contara con tan decisiva y acalorada participación juvenil. Una sociedad narcotizada, insensible, incluso de apariencia comatosa, es capaz –lo que son las cosas—de saltar entusiasta para exigir un ajuste de cuentas en nombre de un mito deportivo tan narcisista como eficaz. No estaba muerta, pues, aunque haya podido parecerlo tanta veces, esa sociedad autista y ensimismada. El problema es que no haya reaccionado más que al acicate deportivo. Huizinga habló del ‘Homo ludens’ y a la vista está que llevaba razón.
Nada que objetar, por supuesto, a la pasión bética. Las pasiones son tales –decía Chamfort—precisamente por su desmesura, por su exageración. Ahora bien, viendo la enormidad de la concentración me ha acordado de que la convocada este año el 1º de Mayo en el mismo lugar para plantar cara cívica a la crisis apenas logró reunir dos mil criaturas, incluyendo parados, hipotecados, quebrados, acogidos a Cáritas y el resto de la fauna civil herida gravemente hoy por hoy. Y eso ya no es lo mismo. Una sociedad que reclama sus derechos sentimentales está muy bien, pero hay que suponer que si es capaz de ello más lo será a la hora de plantarse ante sus derechos básicos. Y ésta no lo es, como sabemos de sobra, aunque sea capaz de proezas reivindicativas como la del lunes contra Lopera. Ni un 20 ni eventualmente un 30 por ciento de paro dan para medirse con un Betis en Segunda. Lo sabíamos desde el 1º de Mayo, pero el lunes pasado pudimos ratificarlo.
Tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos. Los Chaves o los Lopera son la medida de nuestro mérito político y cívico. Essa calles abarrotadas lo demuestran.
Brillante protesta, querido. Una vergüenza lo del beticismo, no por el beticismo mismo sino por la sociedad dormida (¿muerta?). Una nmuchedumbre en Sevilla me imagino que debe de ser tan difícil de conseguir como en elk resto de España, y sin emabrgo, un mito deportivo la concentra sin problemas. Una vergüenza, repito, una triste vergüenza.
No deben echarse en saco roto los esfuerzos silenciadores de los llamados «agentes sociales». Esos que dicen cuándo y contra quién hay que vociferar y cuando hay que callarse.
Después de lo que cobran, lo menos que podía esperarse de ellos es esa eficacia ejemplar de ser la voz -el silencio en este caso- de sus amos.
No hace mucho el presidente pidió -literalmente- el «cariño» de los sindicatos. El truco consiste en canalizar la ira hacia otros menesteres que no comprometan a la secta.
La «paz social» se presupuesta cada año en una millonada. Y el fútbol hace el rsto ¿Sabe ustedes ppr casualoidad cuánto le paga al Real Madrid esta año Madiapro? Pues yo no quier decírselo pero recomienro a los amantes de emociones fuertes que hagan por enterarse. Vivimos en un limbo perfectamente graduado, eso sí: ellos arriba, los demás abajo. No le pidan al olmo las peras que éste no puede ofrecerles.
La sociedad esta enferma, muy enferma, le duelen más los problemas de sus equipos, que son sociedades de millonarios, que los de los millones de parados o los de los cientos de miles de indigentes.
Recuerden más atrás cuando la movilización ciudadana consiguió que el Sevilla no descendiera, como le correspondía por ley, por el impago de sus deudas.
¡¡Viva er Beti manque Lopera!!
Me uno a las protestas y me preocupan las bromas, porque este asunto no las admite. Un mundo pasota en erxtremo se alza beligerante cuando lo llaman en nombre de un balón redondo. Esto es una locura, peor, una imbecilidad suprema. ¿No queda nada trascendente en la vida?
Yo también me sentí confundida al ver la mltitud de bobos clamando contra un señor por lo visto indesable. Y me pregunté cuánros entre ellos tendrían trabajo, cuántos no podrían hacer frente a sus hipotecas, cuántos… En fin, la columna pone en claro lo que no se ha dicho: la gravedad de esta situación de idiotez colectiva.
Vergüenza es limpiar las arcas públicas para salvar a la misma gentuza que provoca tamaños desmanes. Hubiera sido maravilloso que la décima parte que estuvo el lunes hubiera ido, no ya el 1º de Mayo, sino a la convocada en noviembre pasado por ciudadanía ajena y despreciada por los sacrosantos sindicatos. ¿Pero me va a contar Vd., Sr. Miller, que los miles de angelinos que recibieron a los Lakers antier estaban afónicos de protestar contra la crisis, que mira por donde no es la primera vez que la origina ese Big Country?
No entiendo como se puede mezclar las churras con las merinas e ignorar el poder aglutinador (re-ligare) de un símbolo que mamas desde la cuna. Pues va a ser que las creencias y los sentimientos tiran lo suyo, mal que les pese a los materialistas culturales. Y si no, que llamen a Forrest Gump para que lo arregle, no te digo.
Lo único que hacía falta es quitarle a la gente lo poco que le alegra la vida.
Musho Betis.
Aún no ha tocado fondo la basura humana de la sociedad actual.
Y son muchos los que colaboran en ello.
Y no digo más, porque no quiero darles carnaza a los vilipendiadores de este foro. Son pocos, pero eficaces.
donde las dan las toman y quien a hierro mata a hierro muere
Y hay que suponer que usted lo contempla desde la Luna. Lo típico cuando no se tienen argumentos Sr. Abate.
Una elocuente crónica y una crítica certera. Creo que todo lo resumió temprano don Blas diciiendo que tenemos lo que nos merecemos. En ese plural se incluye la vasta miseria social así como la responsabilidad de quienes mangonean la vida pública.
Por cierto.eñor Abate, aclárese por que no se le entiende. Gracias.
Merece pena este país desgraciado, manipulado, abusado en sus derechos, ignorante de sus propias capacidades. La ausencia del Primero de Mayo es la regla, no la excepción, pertenece al mismo zurrón que los silencios ante el abuso político, el peso de los partidos, la ocupación de la sociedad por la política, la minimización del ciudadano. Me resisto a cerer que «tenemos lo que nos merecemos», pero, Dios mío, hay evidencias que nos ciegan.
Panem et circenses. Parece mentira, don ja, con lo bien que usted conoce a Paul Veyne, que se extrañe de sucesos como el de la magna concentración bética. Al fin y al cabo yo he visto a unm presidente de la Junta de Andalucía posar públicamente «disfrazado» con el uniforme de ese equipo como si se tratara de un jugador más. ¡Devió tratarse de un sueño de la infancia! ¡En manos de quienes está el pandero!