No vino el huracán, ni siquiera la tormenta tropical, que los meteorólogos habían anunciado para estos días en nuestras costas. En su lugar, el PSOE ha apalancado el anticiclón sobre Punta Umbría para evitar que se investigue el clamoroso montaje por el que su gobierno municipal de hace unos años cedió a unos “amigos políticos” a precio de saldo algunas entre las más valiosas parcelas del término. La verdad es que lo raro hubiera sido lo contrario, porque la mayoría absoluta –sola o en compañía de IU o PA, según—ha servido a Chaves (que ya hubo de parar en la legislatura anterior el escándalo del megaproyecto auspiciado por el propio Barrero) para mantener su política en un confortable penumbra en la que no es posible distinguir el hilo blanco del hilo negro. Punta Umbría ha perdido, probablemente, más de 50 millones de euros, pero nos vamos a quedar sin saber quién se los llevó a pesar de que ya dice el axioma que en este perro mundo, cuando una gana un duro es que otro lo gana. Quien lo haya ganado es lo que el PSOE no quiere que se sepa. Que lo haya perdido un pueblo es, por lo visto, lo de menos.